Las computadoras u ordenadores son un fenómeno estadounidense, la primera fue el Modelo K por Kitchen, cocina; donde la armó George Stibitz en noviembre, 1937. Han revolucionado la vida de las gentes. En nuestros años no se concibe desenvolverse sin tener a mano una de ellas. Nos facilitan escribir, comunicarnos, calcular, organizar, planear, programar, jugar. Son instrumentos que han mejorado la eficiencia de las interrelaciones humanas de forma insospechada.

En el principio los ordenadores eran enormes, del tamaño de una habitación y producían tal cantidad de calor que debían mantenerse en aire acondicionado todo el tiempo de uso. Los tristes usuarios de esos tiempos, no podíamos ponerle la mano, teníamos que escribir un programa, hacer perforar las tarjetas con su contenido, luego, entregar las tarjetas para que un técnico hiciera que el computador las leyera, produjera una página con los resultados o con el diagnóstico de los errores del programa. Si había errores, era necesario corregirlos mediante la perforación de nuevas tarjetas que sustituyeran los errores. Volver a entregarlas, leerlas y repetir el proceso hasta lograr un programa sin errores y las consecuentes respuestas que buscábamos. Se perdía demasiado tiempo.

Mientras fue así, el proceso mismo se convirtió en una retranca para el desarrollo de las computadoras y de programadores. Afortunadamente alrededor del 1966/8, varias universidades estadounidenses, Universidad de Michigan, UM, California Institute of Technology, CALTECH, por ejemplo, lograron eliminar las tarjetas.

Recuerdo que cuando estudiaba en CALTECH el primer día de clases, el profesor me asignó una tanda de problemas, me dijo: “Su cuenta es la número tal y tal y en su oficina hay una terminal conectada con el computador central, traiga los problemas resueltos el próximo lunes”. Sin más, me vi inmerso en dos problemas: los asignados y aprender el idioma y manejo de la computadora. La terminal era una maquinilla de escribir que enviaba la programación a la central y de ella volvía la respuesta que se imprimía en la misma terminal, si había un error, se corregía inmediatamente y se mandaba nuevamente.

De esta forma se disparó el uso de las computadoras. Fue en esos años que se desarrollaron programadores, hoy multimillonarios, fundadores de compañías como Microsoft. Pasaban el día y parte de la noche en los recintos de las terminales, escribiendo todo tipo de programas y diseñando modificaciones que todavía usamos. Si todos esos señores no hubieran quemado ocho, doce y más horas diarias en interacción directa con los aparatos, no hubiera sido posible que hoy, en nuestras casas y oficinas tuviéramos potentes computadoras que se intercomunican con todo el mundo.

¿Cuáles son las partes fundamentales de un ordenador actual? Si vamos a ver, no son muchas: Circuito integrado central, procesador central, memoria RAM, disco duro, fuente de energía, teclado, ratón y monitor. Un poco más sofisticado tendría también tarjeta(s) de vídeo-sonido y bandeja para CD/DVDs.

En inglés el circuito integrado central se llama “motherboard”, algo así como: “la madre de los tomates”. En ese circuito se conectan, interconectan e interactúen todas las demás componentes. El procesador central, CPU, es el cerebro que ejecuta las instrucciones del programa que introducimos. La memoria RAM es de corto tiempo, ayuda al computador a trabajar a altas velocidades. El disco duro archiva la memoria de largo tiempo. No es necesario explicar lo que son: la fuente de energía, el teclado, el ratón y el monitor. La tarjeta de vídeo permite al usuario ver cosas en el monitor y la de sonido oír música, ruidos, etc., a través de los altoparlantes. La bandeja para CD/DVDs es el dispositivo por el cual se introducen y leen los datos contenidos en esos.