En estos días de Semana Santa me he dado el gusto de leer y releer la “Guerra de Abril, Inevitabilidad de la historia”, libro que recoge textos del interesante Seminario sobre la Revolución de Abril organizado y dirigido por el entonces secretario de Estado de las Fuerzas Armadas General José Miguel Soto Jiménez, intelectual y escritor quien interesado en “descifrar y salvar de los déspotas y las marismas del olvido, la voz postrera del último fusil fratricida, o el ronco alarido del último cañón defensor de la soberanía nacional” convoca a notables personajes que tuvieron activa participación en la Revolución y Guerra Patria de abril del 1965 hasta su culminación, 130 días después de la infausta intervención militar del presidente Lyndon Johnson “para salvar vidas” y sus aliados de la OEA y la OTAN.
Este episodio histórico recorrió el mundo dándole su apoyo. Tuvo su inicio cuando el Coronel Miguel Hernando Ramírez, Director de la Jefatura de San Isidro, enterado por el capitán Mario Peña Taveras de que varios oficiales constitucionalistas habían sido detenidos y cancelados por el alto mando del Estado Mayor, leal a su mentor, coronel Rafael Tomás Fernández, le ordena apresar al jefe del Estado mayor y sus oficiales, poner en libertad a los oficiales, clases y rasos constitucionalistas, con alto sentido del deber y obligación como soldados de la patria y, cumplida esa misión, comunicarse de inmediato con José Francisco Peña Gómez, líder y dirigente político del PRD para que difunda la noticia del golpe de Estado que depone el gobierno del Triunvirato encabezado por Donald Reid Cabral por Radio Televisión Dominicana, lo que exitosamente logra Peña Gómez lanzando masivamente a las calles al pueblo enardecido por el retorno del Presidente Juan Bosch y la Constitución de 1963.
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Padeciendo de males de salud, Hernando Ramírez pasa su mando al Coronel Francisco Alberto Caamaño, convertido en líder de la Revolución de Abril y con él los coroneles y comandantes Manuel Ramón Montes Arache y sus hombres ranas, Héctor Lachapelle Díaz, Juan Lora Fernández, caído en el ataque del Hotel Matum, Giovanny Gutiérrez, capitán Noboa Garnes y otros valientes oficiales rasos y alistados unidos al pueblo.
Llamó mi atención el tema del seminario escogido por Lipe Collado donde resalta el importante papel de los medios de comunicación y su impacto durante la Revolución de Abril, señalando que “los constitucionalistas ganaron la guerra propagandista por encima de la guerra militar y la guerra política, informando al pueblo desde el primero hasta el último día, “porque tenían una causa política sustanciosa, de alto valor, de gran prestigio histórico y moral y sus líderes políticos fueron comunicadores eficaces.