Un tribunal de San Pedro de Macorís rechazó hoy la solicitud de prisión domiciliaria a favor del comunicador Frank Beras, y en cambio ratificó la pena de 30 años de prisión impuesta en su contra por haber dado muerte a su esposa Flerida Carrión , en un hecho que estremeció la población romanense en el 2008.

La información la ofreció el abogado Manuel Enrique Castro Laureano, quien llamo al recluso a seguir en la cárcel cumpliendo dicha condena y permitir que los familiares de Carrión puedan vivir en tranquilidad y no tener que ir más veces al tribunal cada vez que solicita revisión de dicha medida condenatoria.

Beras mató a su pareja tras agredirla con una piedra de unas 30 libras en su cabeza. El interno pidió variación de la condena, siendo esta rechazada por la Corte de Apelación de esta ciudad.

Conforme al expediente, el comunicador cometió el crimen el 5 de febrero de 2008 en momentos en que llevó a su esposa, también conocida como Janet, a un campo próximo al batey Cacata donde luego de una discusión la golpeó y, una vez en el suelo, dejó caer sobre la cabeza una enorme piedra.

De acuerdo a Manuel Enrique Castro Laureano, uno de los representantes legales de la familia, hace un tiempo que una médico especial confirmó que ciertamente el referido comunicador está apto para seguir en la prisión y su alegada enfermedad no es obstáculo para que sea variada la sentencia.

Inicialmente, Beras había sido sentenciado a 20 años de cárcel por el Tribunal Colegiado de Primera Instancia, presidido en La Romana por el magistrado Juan Güílamo.

Sin embargo los abogados Brígido Ruiz y Félix Iván Morla apelaron dicho dictamen, obteniendo el 12 de febrero de 2010 una variación de la condena de 20 a 30 años de prisión.

Con 11 años en la cárcel de El Seibo (menos de un tercio de la condena) el referido comunicador y confeso asesino, solicitó una variación alegando un supuesto delicado estado de salud.

Mientras tanto la familia Carrión rechazó la petición de Beras y solicita a la sociedad romanense estar atentos a este caso y en la medida de lo posible expresar su apoyo moral y solidaridad ante tales pretensiones el interno.