COMUNIDAD ATEMORIZADA Presencia de haitianos indocumentados genera miedo y preocupación

COMUNIDAD ATEMORIZADA Presencia de haitianos indocumentados genera miedo y preocupación

Gonzalo, Sabana Grande de Boyá.-La presencia masiva, inusual, de haitianos indocumentados, que según testimonios de los lugareños, llegan a esta comunidad en horas nocturnas transportados en vehículos de carga, ha despertado suspicacia y temor ante la posibilidad de que en los grupos de forasteros se infiltren expresidiarios y criminales fugados de cárceles haitianas, y que podrían estar en cualquier parte del territorio nacional.
Pedro Brito, de 94 años, agricultor, nacido en esta comunidad, comentó que la situación es inquietante porque las autoridades no asumen el rol de controlar la situación “y este es un problema, un dolor de cabeza para Gonzalo. Aquí la fuerza la tienen los haitianos y esa situación sólo se resuelve si el Gobierno se aprieta los pantalones y viene la guardia, con sus rifles y fusiles, los montan en camiones y los llevan a su país”.
Ambrosio Sánchez (El Toro), conductor de vehículos pesados, se pregunta de dónde llegan tantos haitianos indocumentados a esta comunidad. “Ellos encuentran alojamiento inmediatamente, alimentos y caminan por el pueblo con pantalones a medio talle; juegan números en las loterías, beben ron y cervezas, hablan por celulares carísimos que ninguno de nosotros puede comprar. ¡Qué barbaridad!”.
Ciertamente, la comunidad crece sin control. Los terrenos que hace años estaban sembrados de caña de azúcar ahora son semilleros de casuchas construidas con tablas, piso de tierra y techadas con yagua, zinc, cartón de segunda mano o cualquier material que impida las goteras que provocan las lluvias.
Pablo Aquino, síndico de este Distrito Municipal, y quien casualmente reside en el barrio “Los Cachimbos”, donde habitan decenas de haitianos, asegura que es “vox populi” en el poblado, que los recién llegados reciben ayuda de personas de la comunidad.
El “rumor público” señala a una haitiana, conocida como Denisa “La Cónsul”. Ella alquila habitaciones a muchos haitianos que pasan parte del día jugando dominó. Cuando periodistas de HOY le preguntaron sobre las sospechas de comunitarios, ella se puso nerviosa y negó “tener vínculos con el trasiego de haitianos ilegales”.
“Yo soy haitiana, pero yo no sé de eso. Yo le alquilo habitaciones, pero ese es mi negocio. Tengo mi motor y un colmado, pero yo no brego con eso de traer haitianos a Gonzalo. A mí no me metan en eso”. Denisa cerró la puerta de su casa, le colocó un candado y se retiró.
Sin embargo, el problema se complica. El síndico confirma que “trullas de haitianos” indocumentados siguen llegando al antiguo batey “y creemos que son tígueres o delincuentes que se fugaron de cárceles haitianas. Ellos vienen y andan por el pueblo con pantaloncitos a media nalga, con una bricha, trenzas y celulares caros”.
Según Aquino, ha contactado a la Dirección General de Migración “y no vienen, no nos prestan atención”. La situación se ha tornado tensa porque en las últimas semanas se han producido robos nocturnos en algunas viviendas, con signos de violencia, generando temor en la población.
“Esta es una comunidad muy pobre, donde no hay de nada y dependemos básicamente de la agricultura, actividad que se hacía en Los Haitises, pero en esa área protegida está prohibido. Lamentablemente, tierra buena de aquí está en poder de personas que nunca tuvieron vínculos con la comunidad. En nuestro querido Gonzalo, los terrenos están en manos de coroneles y generales”.
Lugares emblemáticos y personajes de este lugar. ElCañito, reservorio de agua dulce donde los muchachos de la comunidad aprendieron a nadar.
Laguna de Sabola, escenario de la tragedia de dos niñas gemelas que se ahogaron.
Chicho La Colao “ñame con agrio”, autodidacta. Sus amigos le pagaban cinco centavos por escribir cartas de amor a las enamoradas.
El Peso de Pingue. En memoria a un rifero que se ahorcó, porque perdió el dinero del negocio jugando dados.
Mimián, Ñoco, Julio Cai-Cai y Lorenzo, cuatro ancianos que nunca contrajeron matrimonio.
Patafina. Temible fantasma imaginario con el que los padres asusta ban a hijos malcriados.
Pitita, anciano haitiano que vendía guayao o frío frío. Murió a los 106 años.
Bodré, famoso por reparar el motor de una avioneta en pleno vuelo y sobrevivió para contar su hazaña.
Borojol, famoso barrio donde se concentraban los cabarets y prostitutas haitianas.
Caracciolo, Beato y Momón, los únicos barberos del batey.
Petronila, Pancha, Cleofa, Victoriana, Polonia y Mauricia, las ancianas matriarcas de la comunidad (todas fallecidas).

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