Comunidad criolla en España es de 130 mil

<P>Comunidad criolla en España es de 130 mil</P>

En España residen unos 130 mil dominicanos, informaron ayer la doctora Bernarda Jiménez y el licenciado Pedro Álvarez, directivos del Voluntariado de Madres Dominicanas en España. De estos, 80 mil están en condiciones legales, 30 mil están nacionalizados y sólo 20 mil están de manera ilegal.

Alrededor de 130 mil dominicanos viven actualmente en España,  de los cuales 80,000 están en condiciones legales, 30,000 se  han  nacionalizado como españoles y los restantes 20 mil se estiman como ilegales.

El el 66% de la población dominicana en España  lo constituyen mujeres frente al 34% de varones.

Estos datos fueron aportados por los esposos Bernarda Jiménez y Pedro Alvarez,  del Voluntariado de Madres Dominicanas en España (Vomade). Bernarda es presidenta honorífica  del VOMADE y  Pedro es  coordinador de Proyectos.

De acuerdo a Alvarez, aunque en los últimos años los dominicanos se desempeñan en diferentes oficios,   la labor fundamental que desarrollan es el servicio doméstico.

No obstante, se estima que el 22% de los dominicanos en España son profesionales, en su mayoría odontólogos, quienes han logrado un reconocimiento importante en esa nación por su trabajo de calidad y accesible en costo, explicó Alvarez.

 Trabajo invisible.   Hace cerca de 20 años las mujeres dominicanas llegaron a constituir el 90% de la población dominicana  en España, dejando un valioso legado cultural y emocional en muchos hogares españoles, pues llegaron a convertirse en consejeras matrimoniales, madres sustitutas y símbolos de la alegaría,  relatan Jiménez y Alvarez.

Apuntan que las servidoras domésticas tuvieron una fuerte influencia y hasta lograron cambiar los gustos musicales, de vestimentas, gastronómicos de muchos españoles, incluyendo a los niños y jóvenes, quienes desarrollaban una fuerte dependencia de las dominicanas. “La culturización hacia la entraña familiar que lograron las dominicanas ha sido de un valor tremendo”, expresó Alvarez, durante su comparecencia en el almuerzo del Grupo Corripio.

Llegada de hombres.  Cuando los hombres dominicanos empezaron a  llegar a España la imagen  de los nacionales empezó a deteriorarse, sobre todo por la cantidad de ellos que se veían envueltos en delitos, en su mayoría relacionados con el tráfico de drogas.

 El uso de “mulas” para transportar drogas en el estómago  se ha incrementado de manera preocupante, señala  Alvarez, al punto que las autoridades españolas han incrementado los controles a los viajeros dominicanos.

  Próximamente VOMADE ejecutará una campaña de concienciación  para alertar a las personas en los riesgos de ser mulas y que puede acarrear una  pena de hasta 20 años  de cárcel.

Migración positiva.  En términos generales, Jiménez considera que la migración dominicana en España ha sido positiva y que   los que delinquen son una minoría.

Jiménez señala  que los dominicanos no pierden sus vínculos con su país y sus familiares.

Critica que estos  sólo sean  valorados por sus aportes en remesas, cuando se trata de personas que han tenido que abandonar a sus  hijos, padres, hermanos, amigos y su tierra para salir de la pobreza.

 “Muchos dominicanos quieren volver al país aunque sea con un salario decente. Los inmigrantes son gente muy fuertes, muchos sufren graves depresiones y algunos hasta se han vuelto locos”, afirma.

Muy pocas dominicanas  se dedican a la  prostitución

“Es una falta de respeto tremenda decir que la mayoría de las dominicanas en España son prostitutas. Se han hecho estudios que dicen que no pasa del 6% las mujeres dominicanas que se dedican a la prostitución”.

Con esta categórica expresión, Pedro Alvarez, coordinador de proyectos de VOMADE, sale en defensa de lo que considera una grave denigración en contra de las dominicanas que viven España.

Y aunque Bernarda Jiménez reconoce que esta estigmatización de las dominicanas era alimentada en España, es en el territorio dominicano donde tiene mayor fuerza la creencia de que las criollas se prostituían en esa nación.

“Muchas mujeres perdían sus empleos porque desde el país la llamaban sus parejas a las 2:00 o las 5:00 de la madrugada para saber si estaban en la calle, lo que molestaba a las propietarias de las casas donde laboraban”, relata Jiménez.

Para los directivos de Vomade esta calificación es una crueldad contra las inmigrantes, quienes trabajan de forma muy ardua para enviar recursos a sus familiares.

Jiménez apunta que el precio de la migración es muy fuerte, porque tan sólo tener que dejar a sus hijos para irse a una tierra lejana, crea un gran dolor emocional.

Señala, además, que la rotura de los lazos afectivos implica que los inmigrantes deben desarrollar una gran resistencia para adaptarse  a su nueva realidad, proceso que en muchas ocasiones amerita asistencia psicológica y emocional.

 Jiménez considera que la República Dominicana debe ser más respetuosa con sus emigrantes, quienes han tenido que dejar esta tierra por carecer de oportunidades y no tener las necesidades básicas cubiertas por el Estado.

  Expresa que es entonces el Estado el que expulsa a sus ciudadanos, de quienes luego reciben importantes aportes económicos en remesas, por lo que es importante que se le reconozca y apoye desde una dimensión totalmente humana.

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Lucrecia Pérez: un antes y un después

La muerte de la dominicana Lucrecia Pérez a manos  de un grupo racista, el 13 de noviembre del 1992,  marcó un antes y un después de la migración de extranjeros hacia España, a juicio de Bernarda Jiménez, quien considera que el hecho fue alimentado por una campaña mediática de sectores de ultraderecha españoles.

 Conquistas

Jiménez resalta que a partir de ahí se lograron conquistas legales para proteger los derechos contra el racismo y a favor de la igualdad de las personas. No obstante, Jiménez no descarta que puedan aparecer grupos racistas, ya que la discriminación siempre puede existir. La ventaja de esta ocasión, resalta, es que cualquier hecho producto de la xenofobia puede ser denunciado y castigado.

Cambio de mentalidad

Para Jiménez, además de leyes estrictas en contra de la discriminación  se necesita un cambio de mentalidad y asumir la defensa de los derechos humanos sobre todas las cosas. Por esto apunta que  la República Dominicana tiene que tomar esto como filosofía ante los inmigrantes haitianos que entienden son discriminados en el país, sobre todo de aquellos que aprovechan su fuerza laboral a bajo costo y luego a la hora de pagar por su  trabajo, hacen que los deporten, constituyendo un  verdadero abuso de poder.

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