Baní, Peravia. Son las 2:15 de la tarde y la maestra Milagros Familia está de pie frente a sus alumnos del cuarto curso, en la escuela El Escondido, dirigiendo la oración diaria.
En su plegaria, pide a Dios que los niños aprendan todos los contenidos del día y que la jornada llegue a feliz término.
Sus deseos parecen ser los mismos de toda la comunidad que no aguanta más las precarias condiciones físicas en que realiza sus labores de todos los días.
Recorrido. La escuela funciona en lo que parece ser el local de una modesta vivienda, que fue dividida en seis salones de clase.
El tercer curso, por ejemplo, se enseña en lo que era una estrecha cocina.
A simple vista se observa que el plantel es inseguro porque su única salida es una pequeña puerta que sale a la autopista Sánchez.
La oscuridad, falta de ventilación y de espacio son otras de las necesidades que se evidencian en el recinto, en que se suspende la docencia cada vez que llueve.
Con los aguaceros el agua no solo penetra por los hoyos en el techo de zinc, sino que además corre como río por el pasillo central.
Todos los días aquí es una penuria, confesó una profesora. Sus palabras no pueden estar más alejadas del que debería ser su concepto de centro educativo.
La escuela El Escondido fue fundada en 1964 en esa comunidad. Tiene una matrícula estudiantil de 402 niños, en dos tandas.
En el olvido. Mientras la comunidad educativa atraviesa los días de clase en condiciones infrahumanas, está en etapa de terminación el nuevo plantel que les recibiría.
A unos tres kilómetros de distancia se erige como un monumento al olvido el nuevo edificio de la escuela El Escondido, que está paralizado hace cuatro años cuando solo faltan las puertas y ventanas, pintura e instalaciones eléctricas.
Tiene dos niveles, seis aulas, dos módulos de baños, pabellón para el nivel inicial y oficinas administrativas.
Como explicó la presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) aquí, Ángela Báez, la edificación está avanzada en 85%, por lo que el gremio solicita se termine.
Las claves
1. Peligros a diario
Los niños que asisten a la escuela El Escondido arriesgan su vida, ya que la única puerta de la escuela sale a la autopista Sánchez.
2. Impotencia
La comunidad educativa siente impotencia cuando se entera del inicio de la construcción de un nuevo plantel, cuando el suyo tiene cuatro años paralizado.
Pie
En lo que era una estrecha cocina se enseña el tercero de básica.