DAMASCO.  AFP.  La comunidad internacional llamó ayer a la ONU a actuar contra la «escandalosa escalada» de violencia en Siria, tras la matanza de al menos 150 personas en el centro del país imputada por la oposición al régimen que a su vez evocó una operación antiterrorista.  

El emisario de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, estimó que Damasco «desacató» las resoluciones de la ONU al usar artillería pesada en Treimsa, cerca de Hama (centro), y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, denunció «una escandalosa escalada» y afirmó que un fracaso del Consejo de Seguridad en presionar al presidente sirio Bashar al Asad implicaría «una licencia para nuevas masacres».   Es «imperativo» que el Consejo de Seguridad de la ONU presione para que el plan de paz sea aplicado y que «envíe un mensaje a todos advirtiendo que habrá consecuencias si no se respeta» el plan, insistió Annan en una nota dirigida al Consejo de Seguridad.   Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) más de 150 personas, entre ellas decenas de combatientes rebeldes, murieron en los bombardeos y combates del jueves en el enclave sunita de Treimsa que está rodeado de pueblos de mayoría alauitas (otra rama del islam a la que pertenece el presidente Bashar al Asad).   Decenas de personas fueron «ejecutadas», algunas con armas blancas, y 17 personas, entre ellas mujeres y niños, murieron cuando intentaban huir de Treimsa, precisó el OSDH.