Comunidad rural reclama construcción de escuela

Comunidad rural reclama construcción de escuela

POR MARIEN ARISTY CAPITAN
LOS GUAYABOS, Arroyo Cano.-
Carolina Sánchez, de 17 años, es una estudiante que recién termina el tercer curso de media. Casi bachiller, está feliz porque sabe que tan sólo le queda un año para dejar atrás su mayor tortura: la hora diaria que le cuesta ir y volver desde Los Guayabos hasta el liceo de Arroyo Cano.

Pero esta situación no sólo afecta a Carolina. Todos los niños de Los Guayabos tienen que ir caminando hasta Arroyo Cano en cuanto terminan el tercer grado de básica. Es que, con una escuelita que funciona en una pequeña casa de madera, no tienen otra opción.

“Duramos media hora en ir y media hora en volver. Lo único bueno es que el camino no se pone malo cuando llueve. Por eso podemos caminar sin problema”, explicó la joven.

Sonriente ante la idea de que pronto podrá dejar esta práctica, para Carolina hacer este sacrificio no ha sido tan duro porque imagina lo que sería su vida sin estudiar: pasarse los días limpiando, lavando y, si se puede, cosechando la tierra.

LA PEQUEÑA ESCUELA

Con una verja de alambre de púas que se convierte en tendedero en cuanto llega el agua y se puede lavar, la pequeña Escuela de Los Guayabos alberga a los estudiantes de primer a tercer grado.

Pero la edificación, una casita de madera con techo de zinc, resulta tan insuficiente que los grados deben repartirse en distintas tandas. Sólo así, indicó Carolina, pueden dar docencia sin tener problemas.

Es que, con pocas butacas y un espacio en el que el calor parece ser el dueño del lugar, si se juntan demasiados niños en la escuela es imposible trabajar.

Por ese motivo las vecinas de la zona reclamaron a las autoridades que construyan una escuela más grande en la que se pueda llegar al menos hasta el octavo grado. De esa manera los niños más pequeños no tendrían que caminar tanto.

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