Comunidades no deben quedar a merced delincuentes

Comunidades no deben quedar a merced delincuentes

POR FIOR GIL
El cardenal Nicolas de Jesús López Rodríguez dijo anoche que la situación de violencia y de inseguridad ciudadana que afecta al país hay que afrontarla con medidas y desde distintos ángulos, y afirmó que los últimos acontecimientos han consternado a la sociedad.

López Rodríguez destacó la necesidad de que las parroquias trabajen en la organización de las juntas de vecinos, que a su juicio, son los grupos que reciben mayores informaciones y dijo que las comunidades no se pueden dejar a merced de la voluntad de dos o tres delincuentes. 

Señaló la necesidad de buscar el origen del fenómeno ya que se ha dicho que la delincuencia se debe a la falta de trabajo que crea holgazanes que son victimas para cometer actos de violencia y se involucran hasta en la venta de drogas y en segundo lugar verificar qué hace la familia y en un tercer lugar hacer énfasis en la educación.

«Entiendo y eso se lo he comunciado a los párrocos, la necesidad de organizar las juntas de vecinos núcleo que mejor esta mejor informada».No podemos dejar a las comunidades a merced de dos o tres delincuentes, que están haciendo barbaridades según se plazca».

«Entiendo que hay que defender a la comunidad,, defender a las personas ansiabas, a las muchachas que son violadas, defender los niños y la propiedad, porque todos los días hay una ola de robo y atracos increíbles, que son un signo de desintegración social que no se puede vivir con esto», expresó.

El cardenal hablo en estos términos en sus comentarios en el programa Fe y Acontecer que produce junto a Miguel Franjul, producen para el Canal Católico Televida.

En otro orden López Rodríguez, critico a los a las personas que hacen negocios en base a la usura y cito un dicho viejo que reza: »  el dinero mal habido no tiene buen destino», y agrego que por lo tanto  todo aquel roba y estorsiona con prestamos en altos intereses se aprovechan de la necesidad de los demás.

El prelado dijo, al referirse a la situación que se refleja en mayor medida en los barrios pobres, que esto lleva muchas veces a la familia al borde de la desesperación.

Señaló asimismo que en cuanto a los prestamistas se pueden ver signos visibles de desesperación, a la hora de morir, a esas personas que se han dedicado a ser prestamistas y usureros, porque saben que se enfrentarán con la justicia de Dios apenas mueran. «generalmente a las personas que visto en estas condiciones, le insisto a las familias en que procuren hacer muchas obras de bien en nombre de esa persona, o sea que de lo mismo que se ha robado lo repartan para que el señor tenga compasión de esa persona.

«Yo he visto morir a muchas personas con signos inequívocos de desesperación, que saben muy bien que hay una intranquilidad de consciencia, por cosas que han estado muy mal hechas y saben que se tienen que enfrentar con la justicia de Dios, el señor es bondadoso y misericordioso, pero también es justo», expresó.

Señaló que por efecto de las deudas hay familias que pierden sus patrimonios e incluso llegan hasta el suicidio o caen en un estado de angustias por la situación de desesperación.

El Cardenal se baso en la reflexión del profeta Amos y de la primera carta de San Pablo a Timoteo, que considero como consejos muy prácticos para la vida diaria.

Del profeta Amos, el cardenal, dio lectura al capitulo octavo del versículo 4 al 7, que dice  «escuchen esto los que exprimen al pobre, despojan al miserable diciendo: «cuándo pasará la luna nueva para vender el trigo y el sábado para ofrecer el grano; disminuyen la medida o aumentan el precio o usan balanza con trampas, compran con dinero al pobre, al mísero, por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo, jura el señor que no olvidará jamas sus acciones».

El prelado manifestó que la reflexión de esta lectura es la grave advertencia contra los que despojan a los miserables y usan medidas y balanzas fraudulentas en sus negocios, lo cual consideró que siempre se ha repetido en toda la historia de la humanidad. » Han habido personas que no se conducen honestamente en sus operaciones comerciales.

López Rodríguez dijo que ese texto bíblico es un espejos en que deben verse los que practican «negocios sucios, la usura, que prestan y cobran un interés desorbitado, los que adulteran mercancías y precios, los que obtienen ganancias desmedidas».

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