Comunitarios afirman pobreza no es delincuencia

Comunitarios afirman pobreza no es delincuencia

Dirigentes comunitarios de barrios marginados del Distrito Nacional afirman que es solo una percepción muy errada la que tienen algunos de que por vivir en esos sectores son delincuentes.
Recuerdan que de los barrios pobres han salido muchos profesionales y deportistas que con sus capacidades han puesto en alto a la República Dominicana en el mundo.
Elías Acosta, presidente de la junta de vecinos La Yagüita, en Los Jardines del Norte, aseguró que en su barrio la mayoría de las personas trabajan y estudian.
Sin embargo, entiende que la falta de apoyo para crear centros educativos y recreativos para mantener las mentes de los niños y jóvenes ocupadas en cosas buenas y no tengan que llegar a la delincuencia, es lo que más les afecta.
En tanto que Juan Ernesto González, presidente de la junta de vecinos La Guayubín, en Los Ríos, proclama que son personas muy honradas y que hay pocos delincuentes en su sector. Pero que necesitan áreas recreativas para la juventud.
La presidenta de la junta de vecinos Los Praditos, en el barrio del mismo nombre, Carolina Martínez, enfatiza en que las personas en su barrio son también preparadas y día a día luchan para salir adelante.
No obstante, piensa que el no tener una mano amiga que se preocupe por ellos lleva principalmente a los jóvenes a dejar los estudios y a lanzarse a las calles en busca de la vida que ven fácil, la delincuencia y la prostitución.
Lo que falta. “Crié a mis hijos en este barrio marginado y mis hijos no son delincuentes, al contrario, me esforcé para educarlos y hoy veo el fruto de tener profesional”. Con esta seguridad se expresa doña Sonia Guzmán, presidenta de la junta de vecinos Quisqueya U nida, en el Ensanche Quisqueya.
Pero comenta que la falta de oportunidades laborales y educativas, y de padres responsables incide en la delincuencia, mas insiste en que no por ser pobres son los malos ante la sociedad.
Todos, al ser entrevistados coinciden en que las autoridades necesitan invertir más recursos en canchas, parques, centros comunales, de computación, para el desarrollo educativo de los jóvenes, niños y de las madres de los barrios marginados que no trabajan.
Llaman al Gobierno a prestar más atención a estos sectores pobres e invertir en más educación y en capacitación para los padres, en conjunto sean el eje que impulse las buenas costumbres de los niños, que serán los hombres y mujeres del futuro.
Aseguran que las posibilidades de encontrar un empleo digno son escasas, sobre todo después de desertar de la escuela, es que, según explican, sin un empleo un padre no puede costear los útiles y libros necesarios para cubrir los estudios de sus hijos.
Esperan la ayuda del Estado para que su calidad de vida mejore.
Insisten en que quienes viven en los barrios pobres son gente de bien, pese a todas las vicisitudes.

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