Comunitarios exigen proteger patrimonio y obras de la Ciudad Colonial de vándalos y el desorden

Comunitarios exigen proteger patrimonio y obras de  la Ciudad Colonial de vándalos y el desorden

 

Dentro del ciclo de Talleres  Comunitarios de Planificación Estratégica, Ciudad Colonial 2025, organizado por el equipo de gestión social del Programa de Fomento al Turismo en la Ciudad Colonial, moradores y miembros de la Unión de Juntas de Vecinos abogaron por una mayor protección y vigilancia de las autoridades policiales para evitar que continuos actos vandálicos y de raterismo, además del desorden,  empañen los logros y esfuerzos  de posicionar a Santo Domingo como la capital turística del Caribe.

En sus intervenciones, moradores del sector Santa Bárbara se quejaron del robo y la destrucción de lámparas de alumbrado público recién instaladas, falta de coordinación entre los cuerpos del orden uniformados en su labor de seguridad, proliferación de perros realengos por céntricas vías como la Meriño, Las Damas, Padre Billini e incluso el Parque Colón; alta presencia de enfermos mentales deambulando, deficiencia en la recogida de basura, ausencia de control en los vendedores ambulantes y la manifiesta poca conciencia ciudadana sobre urbanidad.

Se indicó que sigue siendo un reto la colaboración entre residentes y visitantes con el sistema de manejo de residuos sólidos, expuestos en algunas calles,  para hacerlo más efectivo. De igual modo resaltaron que el 80 por ciento de las calles que aún no han sido intervenidas, presentan obstáculos por desnivel entre aceras y calles que dificultan la movilidad de residentes mayores.

En el ciclo de talleres, “Gestión de proyectos sobre la perspectiva comunitaria”,  que se celebra de común acuerdo con dirigentes y miembros de 13 juntas de vecinos, tomando en cuenta las propuestas de los comunitarios, se identifican fortalezas, debilidades y las amenazas actuales contra el crecimiento y el desarrollo económico, social y cultural que experimenta este destino turístico metropolitano.

Otras quejas que se han vertido durante los debates, efectuados en los salones el edificio Saviñón de la calle El Conde, sede del Programa de Fomento al Turismo de la Ciudad Colonial, tienen que ver con el mal comportamiento de las llamadas “trabajadoras sexuales”, la precaria condición en que brinda sus servicios el hospital público Padre Billini y  el creciente número de niñas y de niños que se ven en condición de indigencia y mendicidad.

Respecto a la popular calle El Conde, las inquietudes apuntaron a la urgencia de corregir el problema de mala imagen de algunos negocios “dudosos” en los que incluso se han registrado agresiones contra transeúntes y que están provocando  la arrabalización del entorno, los ruidos sin control que envilecen el medio ambiente, la  carencia de baños públicos y los conflictos recurrentes por el uso de suelo entre los vendedores ambulantes.

En cuanto al papel que juega la comunidad dentro del proceso de renovación urbana se descartó el temor de que por el nuevo desarrollo pudiera registrarse un desplazamiento ciudadano, destacando que para sostener el auge turístico es vital la presencia comunitaria.

El propósito de estos encuentros es fortalecer los espacios e iniciativas de participación comunitaria dirigidos a la población citadina, promoviendo la identificación de oportunidades y el aprovechamiento de beneficios generados por el proceso de intervención urbana que se desarrolla en la Ciudad Colonial, y la construcción de soluciones conjuntas a las problemáticas que afectan a los residentes.

Los talleres son coordinados por la arquitecta Maribel Villalona y el sociólogo César Pérez, coordinadora y encargado de gestión social del Programa de Fomento al Turismo en la Ciudad Colonial, respectivamente.

 

Fortalezas. Dentro de las fortalezas del enclave patrimonial, los participantes concuerdan en resaltar la diversidad social y cultural, ya que personas de diferentes estratos económicos conviven en un  espacio similar, el acceso a los servicios básicos, las nuevas oportunidades de empleos que se han abierto, espacio público apto para la movilidad peatonal, así como proximidad al puerto marítimo y el río Ozama.

Además, la cultura de fe que se expresa en las significativas procesiones religiosas que suelen producirse, la concentración de expresiones culturales de que dispone la Ciudad Colonial como son los teatros, museos, artistas residentes, parques, espacios para compartir y en lo que los niños pueden jugar.

“La Ciudad Colonial está recobrando su centralidad, es el principal distrito cultural de Santo Domingo. Su acervo cultural es rico y diverso; presenta áreas renovadas, los negocios tradicionales se han reinventado para adaptarse a la nueva condición de la ciudad y su atractivo”, expresa unas de las conclusiones escritas de las que arribaron los participantes.

 

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