Desde hace algunos años, las velas se han convertido en parte esencial de la decoración de la casa. Crean un ambiente único: íntimo, pero abierto; sofisticado, pero sencillo. Y cada vez son más numerosos los aficionados a la decoración que apuestan por ellas para crear espacios mucho más cálidos.
Ya sea con flores, plantas o sustancias aromáticas, las fragancias estimulan, revitalizan y generan esa magia tan especial de la Navidad.
Tanto es así que en la temporada navideña, es casi norma incluir velas decorativas y aromáticas en la decoración de temporada.
Para ambientar el salón; para iluminar una mesa durante una cena; para alumbrar el cuarto de baño y disfrutar de ambientes más relajados. Los olores propios de la Navidad son de lo más interesantes. La idea es rodearse de aromas vigorizantes: esencias de cálido ámbar, naranja dulce, canela, pino verde y envolvente eucalipto. En mercado podemos encontrar velones y aceites aromáticos con sugerentes perfumes que invadirán cada rincón del hogar.
No sólo puedes comprar productos aromáticos, sino que también puedes hacerlos con tus propias manos.
La tradición. El uso de plantas y flores para aromatizar el hogar viene de la antigüedad: servía para ahuyentar espíritus, malas energías, alejar insectos y promover el bienestar.