Hay juegos en las parejas que en el momento de enamoramiento son celebrados hasta con bizcocho. Luego son dolores de cabeza.

Es el caso de Oscar de la Hoya, quien se pasó de contento cuando estaba con la bailarina y hasta fotos vestido de mujer se hizo. ¡Oh sorpresa!

Oscar de la Hoya nunca llegó a pensar que al terminar la relación con la bailarina, ésta iba a promocionarlo de forma rara.

Oscar, fuera del ring, se vistió de mujer y fue fotografiado por la muchacha. Esa nenita hoy lo demanda y lo pone de ridículo. Bueno, un poquito más de ridículo.

Parejas, tengan cuidado, no se dejen llevar de las emociones y los tragos, porque después, al terminar la relación, vienen los problemas.

Las locuras de la pasión son muy peligrosas, como esos jueguitos sexuales que hay por ahí.

Señores, ya el bolero no se baila. Hay mujeres que cuando el hombre las invita a bailar lo miran mal, como si fuera un ratón.

Ese género, que fue cómplice de grandes amores, es postergado. Antes, cuando se bailaba en un solo mosaico era el comienzo de unos amoritos.

El bolero servía para enamorarse, para  poner más cerca a las parejas y abrazados, como dos lápices entrelazados por una gomita, jurarse felicidad.

Ahora las muchachas bailan reguetón y sudadas como un panadero en tiempo de Navidad, no hay quien les  secretee nada. Los ritmos fueron humillando al bolero, sacándolo de los centros de baile.  ¿Ya no se baila la música de Los Panchos?