Lo que sucede con el merengue de calle y su impedimento de entrada a los premios Casandra se parece al pasado, pero con la bachata.
Habían bachateros vulgares, salvo Leonardo Paniagua, José Manuel Calderón y Luis Segura, lo que significaba un freno.
Hará cosa de diez años de los 24 que tiene la premiación, que la bachata entró a las nominaciones y al espectáculo en sí.
La pegada de Juan Luis Guerra y su bachata romántica, hizo que los bachateros cambiaran la lírica de sus canciones.
Y ahí están Zacarías Ferreira, Joe Veras, Anthony Santos, Frank Reyes, Elvis Martínez, Raulín Rodríguez, El Gringo, El Chaval y hasta un Luis Miguel del Amargue tenemos en el país.
De modo que los exponentes del merengue de calle, de mambo o chatarra, como quieran llamarle, a lo mejor tienen mejor suerte en el futuro.
Lo que mucha gente espera, eso sí, es que al igual que los bachateros, los mamberos también cambien el contenido de sus temas.
Y el pueblo observará como después todos esos músicos que hoy maldicen a los cronistas de arte y a la premiación, van a subir a recoger sus medallas y en el mejor de los casos, sus estatuillas.
Hasta al Lápiz va a ver el público en el escenario, con todo y el tema que le dedica a la asociación, donde expresa que Acroarte es la vergüenza de Duarte.
Soraya Castillo está feliz con el éxito de su programa Aquí estoy.