Cosas de la crisis.  Hay programas de televisión que en los últimos meses se han visto afectados por la crisis que fuertemente está golpeando al mundo. Esto ha obligado a que los talentos emigren hacia otros espacios y canales en busca de otras perspectivas, que además del pago por su trabajo, les permita mostrar sus dotes como figuras de la televisión dominicana. A todo esto se le añade la drástica reducción de la publicidad por los efectos de la odiosa reforma fiscal.

 Baja audiencia.  A niveles normales volvió a bajar el índice de audiencia de los premios Grammy.    La empresa Nielsen dijo ayer que la ceremonia anual de premios de la música transmitida por CBS el domingo por la noche fue vista por 28.1 millones de espectadores, su segundo mejor ráting desde 1993.    La cifra estuvo muy por debajo de la del año pasado, cuando poco menos de 40 millones de personas sintonizaron el programa durante circunstancias extraordinaria.

Quiere ser actor.   Prince Royce quiere probarse ahora como actor. El cantante se está preparando para incursionar en la TV  y el cine; este es un sueño que quiere hacer realidad. “Estoy empezando a tomar clases de actuación para ver lo que hago en  televisión, en las telenovelas”, dijo el cantante de 23 años en una entrevista que  reproduce Notimex. “No quiero apresurarlo, no quiero forzar algo, pero en el futuro me gustaría entrar en telenovelas y películas”.

No cantó.  El público que el pasado sábado pagó para ver al grupo Niche, Miriam Cruz, Fernando Villalona y Sexappeal en la Plaza de España, se quedó esperando la participación de este último. El intérprete de “A escondidas” y “No te irás” no cantó en el concierto “Amor Tropical”, a pesar de que el salsero hasta en la rueda de prensa estuvo y aparecía en todos los afiches de promoción del evento en el que la agrupación colombiana celebró 30 años en las lides artísticas. Lo que se dice en los corrillos faranduleros es que la producción no se puso de acuerdo económicamente con Sexappeal. Inclusive,  a Fernando Villalona le pagaron minutos antes de subir a la tarima. ¡Que lástima!