La formalidad le quitó entusiasmo a la entrega de las medallas de nominaciones de los premios Casandra la noche del martes en el teatro La Fiesta del hotel Jaragua.
A la conducción de Joel López y Carolina Féliz le faltó chispa, también a la producción. En ocasiones anteriores, el Casandrita se animaba con la participación de comediantes.
Joel cansó al público pidiendo aplausos de medalla en medalla. Se olvidó que un buen presentador no pide los aplausos, motiva para que la gente responda espontáneamente.
Los bostezos estaban a la orden de la noche desde que arrancó la entrega de medallas. Algunos se quejaban porque la Cervecería aplicó ley seca. ¿Y no era una fiesta?
Los presentadores también cometieron pifias con algunos nombres de cronistas que subieron a entregar medallas. Decían el nombre de uno con el apellido de otro. ¿Que pasó ahí?
La comediante Jacqueline Estrella no provocó la reacción del público con su participación humorística imitando a Consuelo Despradel. ¡floja!
A una señora la detuvieron en la puerta con dos floreros para impedir que se los llevara. No se sabe lo que ella le dijo al de seguridad, pero al final se los dejaron llevar.
Fueron muchos los artistas que no asistieron a recoger sus medallas. Fue notoria la ausencia de merengueros, bachateros, productores y hasta de algunos comunicadores nominados.
Muy merecido el reconocimiento al periodista chileno y aplatanado dominicano Manuel Eduardo Soto. Se lo entregaron los comunicadores Eugenio Pérez y Euri Cabral. Soto se mostró muy agradecido del trato que le han dispensado en esta su segunda patria, aunque para más en Miami que aquí.
Se colaron algunos paracaidas, aunque a otros no les permitieron penetrar al teatro La Fiesta mal vestidos.