Hay gente que va al Teatro Nacional y se pasa la noche hablando con el del lado, y después le dicen a sus amigos y compañeros de trabajo que estaban en el Teatro Nacional en un concierto de Orquesta Sinfónica. ¡Esta fuerte!
Los buenos modales hay que practicarlos todos los días y en todas partes. Una señora tardó más de cinco minutos abriendo una menta en el concierto de celebración de los 20 años en la música de José Antonio Molina. ¡Imagínese aquel ruido!
Las últimas veces que hemos asistido al Teatro Nacional nos hemos encontrado con el bar restaurant cerrado. Todo parece indicar que ya José Antonio Rodríguez no lo está regenteando. ¡Una lástima!
Aunque la gente tiene la opción del restaurant Maniquí, que está en la parte posterior del Teatro, un sitio tradicional donde también se puede pasar un buen momento después de un concierto, espectáculo u obra de teatro.
A propósito de bebidas, en Santiago volverán a estar tristes después de este fin de semana, cuando vuelva a entrar el control de horario que había dejado libre Interior y Policía por la Serie del Caribe.
Silvio Mora el hombre del tema del camarón, dice que el que quiera quitarle a las dos hembrotas que tiene en el frente de su grupo, tendrá que retribuirla con más de lo que él le paga: RD418,000 por baile. ¡Nada fácil!
Los locutores nunca van a unirse para hacer de su premio Micrófono de Oro una entrega de credibilidad y con un espectáculo de tal calidad que se lo disputen los mejores canales de televisión del país.
Un bromista de la farándula dijo, cuando se enteró de que la productora artística de los premios Casandra, Edilenia Tactuk, había sido atracada en el sector de Los Prados, que cuidado si era para robarle alguna estatuilla.
Y es que en este medio a cualquier situación le buscan el lado gracioso. ¡Es mejor así y duele menos!