Con coca no

Con coca no

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Había niños que incapaces de ganar una partida de bolas (canicas, bellugas, metras) recurrían a sus piernas, a su arrojo y a las actitudes de tipo Jalisco, que cuando pierde arrebata. Esos niños, acechaban que los jugadores estuvieran entretenidos y corrían hacia el redondel donde se colocaban las bolas, las tomaban, huían y al grito de: coca mandó la ley, desbarataban el juego. Los juegos de niños, como los deportes, son escuelas de disciplina, respeto a las reglas, cumplimiento de la palabra empeñada.

Romper las reglas es muy peligroso cuando las mismas que son las columnas vertebrales del sistema democrático.

A las elecciones se va a ganar y hay que aceptar la derrota, si es la voluntad del pueblo ser gobernado por el partido que no sea el nuestro.

Los pueblos votan conforme a varios patrones de conducta, y uno sumamente importante es la percepción popular sobre los problemas de la nación, ello, por encima de la militancia de partido.

Soy de los que ha defendido las elecciones de medio tiempo y que un presidente se pueda reelegir una vez. Soy un creyente prácticamente firme y consecuente en el sistema democrático.

Sé, como buen deportista y como hombre decente y respetuoso de las reglas del juego, que unas van delante y otras van atrás, que hoy ganamos y mañana podemos perder, pero no creo en hacer trampas.

Las trampas, mejor temprano que tarde, se vuelven contra quien las hace.

En estos días de han producido forcejeos propios del sistema de partidos, azuzados por quienes arrojan basura y paja verbal al fuego sobre un supuesto enfrentamiento entre el Congreso y la Presidencia de la República.

Ambas instancias de poder juegan con los peloteros, los bates, los lanzadores, los jugadores y las tácticas que entienden son adecuadas. Lo contrario es querer tapar el sol con un dedo.

Nadie se suicida si tiene soluciones a mano, aunque las soluciones no sean del agrado de todos. Recordemos al filósofo mexicano que escribió que nadie es monedita de oro para gustar a todo el mundo.

Cuando el senador licenciado José Tomás Hernández propone que el presidente doctor Leonel Fernández gobierne por decreto, lo que realmente pretende es que se dé un golpe de Estado y se desconozca el Congreso. Todo lo que se alegue luego de eso es puro bla, bla, bla. Este es el país del amigo aquel que cuando se vio acorralado explicó que»es que cuando digo digo no digo digo sino que digo Diego».

El senador por el Distrito Nacional, elegido por el voto popular conforme a lo que establecen la Constitución y la Ley Electoral cometió el grave error de pensar en alta voz lo que piensa mucha gente de su parcela que no cree en el juego democrático.

A 40 años de la Guerra de Abril de 1965 personas tan importantes en la vida nacional como el senador por el Distrito Nacional olvidan que este es el país de «una pescozá, una puñalá» y que golpe de Estado trae conspiraciones, luchas callejeras, posiblemente terrorismo y guerra.

¿Cuántos años tenía José Tomás cuando los sucesos que se desencadenaron del 25 de setiembre de 1963 a setiembre de 1965?

Revisen la historia y no se metan en camisa de once mil varas.

Con coca no.

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