Con dimensión de epidemia

Con dimensión de epidemia

El hecho de que los accidentes de tránsito sean la segunda causa de muerte en nuestro país debe darnos  una idea del grado de responsabilidad conque asumimos la tarea de conducir un vehículo de motor. Ninguna epidemia de las que nos han atacado en los últimos tiempos ha alcanzado tales dimensiones.

 Sobre la gravedad de este problema llama la atención el ingeniero Onéximo González, un experto en materia de tránsito que propone soluciones.

Para que una práctica humana llegue a ser tan mortífera tienen que sumarse la irresponsabilidad de los conductores con la de las autoridades que deben velar por el orden del tránsito.

No ha habido responsabilidad en las autoridades que deben acabar con el caos en el tránsito, y tampoco la  ha habido entre los conductores que violan las regulaciones sobre la materia.

Siempre hemos abogado por un endurecimiento de  las sanciones para ciertas formas temerarias de manejo, como  violación de la luz roja del semáforo, conducción a exceso de velocidad y  bajo los efectos de drogas o alcohol, pues entendemos que el que lo hace asume una actitud potencialmente homicida y no puede alegar ignorancia de las consecuencias dañinas de sus actos. Los accidentes son en este país peores que la más mortífera de las epidemias.

Las claves del bien vivir

Los testimonios de agradecimiento y muestras  de pesar que dominicanos de todos los estratos sociales han tributado a Freddy Beras-Goico son la muestra más elocuente de la grandeza de este personaje que se entregó en cuerpo y alma para llevar alivio allí donde había mortificación.

Han sido escasas las honras fúnebres tan espontáneamente concurridas, de público tan diverso y tan abundante en testimonios de agradecimiento por la solidaridad recibida en algún momento difícil de la vida. Una buena parte de los miles de dominicanos que desfilaron ante el féretro de Freddy, expuesto ayer en el Palacio de Bellas Artes,  tenía una particular motivación de sentimiento, de agradecimiento.

Enseñan estos testimonios que  bien vivir es  saber estar presente en el momento oportuno cuando el prójimo lo necesita. Pocos han dado tanto calor humano como Freddy, parece  haber dicho la gente con esta despedida.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas