Los accidentes de tránsito provocan en este país el 70% de las fracturas y traumatismos severos. Son una de las principales causas de muerte y mutilaciones, y el número de accidentes por año tiene connotación epidémica. Las motocicletas, cuyo número en el país crece cada día, son los vehículos más involucrados en tragedias del tránsito. Cada día aumenta el número de motos como medio de transporte de pasajeros.

Máximo Pericchi,  presidente de la regional del Distrito Nacional de la  Sociedad Dominicana de Ortopedia y Traumatología, define como “catástrofe nacional” las muertes, fracturas y mutilaciones que provocan los accidentes de tránsito. Identifica la ingestión de bebidas alcohólicas entre las principales causas de tragedias viales. Como traumatólogo en pleno ejercicio, habla con absoluto dominio sobre este tema.

Pero entre las causas principales de los accidentes está la falta de autoridad que hay en este país para disciplinar a los conductores. Por un lado la indiferencia de las autoridades competentes ante las violaciones de las reglas del tránsito, y por otra parte está la benignidad de las sanciones aplicadas a quienes cometen imprudencias y violaciones causantes de daño humano. Nuestro ímpetu reformador no ha logrado modificar esta conducta de indiferencia. La persistencia de este mal ha hecho de los accidentes una epidemia endémica.

Economía rica de  pobre efecto

La economía del país podría cerrar el presente año con un crecimiento del 5%, ha dicho el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu. Este desempeño es altamente significativo en medio de las turbulencias financieras que amenazan a las economías poderosas. Otro signo de vitalidad citado por el funcionario es el comportamiento de nuestras exportaciones, que en nueve meses de este año crecieron un 24.4%. El panorama nuestro, según estos indicadores, no podría ser mejor.

Sin embargo, hay pobreza en la administración de estas bonanzas. El vigor de la economía contrasta con las terribles debilidades que afectan áreas tan sensibles como la educación y el empleo. El crecimiento de la economía no tiene un efecto correspondiente en cuanto a creación de fuentes de trabajo. No hay una conversión del crecimiento económico a calidad de vida. Es una economía rica, pero de pobre efecto social.