Debido a su peculiar sabor, el  ajonjolí tiene un uso frecuente en la cocina, y es, además, su aceite  uno de los más íntimos aliados de la gastronomía oriental.

El sésamo, como también se le conoce, proviene de África y la India, pero por las propiedades que posee esta semilla, y la facilidad para ser mezclado con cualquier alimento, fue expandiéndose por el mundo entero. Pasó a América cuando los esclavos africanos la llevaron consigo para espesar los alimentos y añadir un sabor especial a sus comidas típicas. Es por eso que en el sur de  Estados Unidos  se le conoce  mayormente por su nombre africano: benne.

Pueden usarse las semillas crudas, tostadas, molidas para hacer pastas o extraer su aceite. Se destaca por su sabor suave, levemente mantecoso y sumamente agradable, y puede ser usado en cualquier combinación.

El ajonjolí es un ingrediente utilizado con frecuencia en la panadería, para hacer panes para hamburguesas, galletas, teleras y exquisitas creaciones culinarias a base de harina.

Esta diminuta semilla puede ser molida junto con otras especias para hacer salsas; se le utiliza entera espolvoreada sobre ensaladas, como adorno o ingrediente para dulces. Y ¿quién no ha sido tentado por un sabroso dulce de ajonjolí?

En Colombia es común degustar un dulce llamado bolas de tamarindo con azúcar o ajonjolí, pero también se hace una cocada (de coco) con sus semillas.

Composición nutricional.  Posee una cantidad elevada de proteínas, además de ser ricas en metionina, un aminoácido esencial para el organismo.

Las grasas que contiene son insaturadas, (las llamadas “buenas”),  lo que junto a su contenido en lecitina, convierte estas semillas  en un alimento que contribuye a reducir los niveles de colesterol en la sangre.

De igual modo, se le reconoce un alto nivel de calcio (que interviene en la formación de huesos y dientes), hierro (que desempeña numerosas e importantes funciones en el organismo), así como de zinc (mineral que participa en el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas e incluso, se dice que previene la impotencia masculina).

Uso medicinal. El ajonjolí es utilizado como laxante, ayudando así a combatir el estreñimiento. Para esto, coloque un poco de ajonjolí en litro y medio de agua y deje  hervir por 5 minutos; apague y deje  reposar por unos 20 minutos tapado. Beba medio vaso de esta agua  en ayunas y medio antes de dormir. Guarde la restante en el refrigerador, pero siempre se debe entibiar antes de tomarlo.

Al poseer un 19%  de proteínas,   vitaminas  A y B, potasio y sales minerales, así como un 55% de aceite, el ajonjolí puede ayudar a las personas a mantener una piel siempre  lozana y humectada.

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Versatilidad

En estos tiempos, las oleaginosas semillas de sésamo están entre  las  más utilizadas en la cocina y la repostería internacional. Se emplea frecuentemente en la cocina a veces  como  especia de acompañamiento de platos, otras como  producto elaborado. Su aceite es frecuente en la cocina asiática.

En la belleza     

Las mujeres de la antigua Babilonia comían halva: una mezcla de miel y semillas de sésamo, para prolongar su juventud y belleza, mientras  los soldados de Roma lo consumían para obtener fortaleza y energía.

Recetas

Pollo con ajonjolí:

1 pechuga de pollo

1 diente de ajo

Aceite de ajonjolí

Semillas de ajonjolí

Jugo de naranja al gusto

Miel de abeja al gusto

Sal y pimienta al gusto

Preparación:  Sazonar y dejar por dos horas el pollo con ajo,  pimienta, sal, el jugo de naranja y  la miel. Cocinar el pollo a la plancha con aceite de ajonjolí. Rociar con las semillas de ajonjolí cuando esté dorado.

Dulce de ajonjolí:

2 tazas de semillas de ajonjolí

3 cucharadas de miel

3 cucharadas de azúcar morena

Papel encerado

Preparación:   Puede usar dos hojas de papel encerado rociadas con aceite. Tueste las semillas a   fuego lento, en una sartén mediana, moviendo hasta que huelan a tostado y estén un poco doraditas. Mezcle el azúcar con la miel en una olla pequeña.  Cocine a fuego bajo mezclando constantemente hasta que se forme un caramelo.   Agregue las semillas a la mezcla y bata bien con cuchara de madera hasta que todo se combine bien. Coloque en una de las hojas de papel encerado y luego ponga encima la otra hoja.  Usando un rodillo aplane hasta que su grosor sea de 1/4 de pulgada. Quite la hoja de papel superior y corte el dulce en pedazos cuadrados de una pulgada con una cuchilla afilada. Deje que enfríe completamente.  Guarde en recipiente sellado a temperatura ambiente. Y así sólo le quedará disfrutar de un delicioso dulce recién hecho.