Con el rostro cansado a tan solo 9 meses

Con el rostro cansado a tan solo 9 meses

Normalmente los gobiernos son sordos ante las críticas que se les hacen, sobre todo por esa virtud de algunos de estigmatizar a los que emiten opiniones que a su parecer no les son favorables, pero la realidad es que para muchos este gobierno, cuyo período se inició hace tan solo 9 meses, luce cansado. Hay quienes entienden que es producto entre otras cosas de la secuela pesada de la reelección, otros porque los funcionarios están muy ocupados atendiendo sus asuntos personales.

Todo lo que se hace y se dice desde el gobierno parece  una repetición. Resulta una monotonía. Y parecen tener razón los que creen que es la carga negativa de la reelección, como también  los que entienden que el cansancio se debe a que muchos  funcionarios y empleados tienen demasiados negocios, familias, casas, entretenimientos y cosas por el estilo, que les impide dedicarle todo el tiempo que requieren los asuntos de Estado, sobre todo en un país pobre y desgarrado para la mayoría.

No tienen tiempo para malgastarlo atendiendo reclamos y problemas de gente sin  importancia. Antes de ir a sus dependencias oficiales probablemente  tienen  que reunirse con sus socios y relacionados e ir a sus oficinas privadas. Algunos tendrán que asistir a reuniones políticas o a desayunar con gente importante en materia financiera. También    a hacer amarres económicos y de otra índole, para entonces llegar a sus labores tarde o cansados.

Y resulta lógico pensar que  personas que tengan que hacer todo eso y quién sabe cuántas cosas más antes de ir a trabajar,  lleguen a sus respectivas oficinas  agotados y con preocupaciones tan importantes que les impida ver los problemas reales. Y así parece que está el gobierno. Casi todos lucen, a pesar del acicalamiento, con el rostro cansado a tan solo 9 meses de gobierno.

Por eso hay gente a las que no les gusta la  reelección y cada vez más se convencen de que es una aberración  en un país con tan débil institucionalidad como el nuestro, porque solo beneficia a un grupo aunque embarra a todos, pero cuenta con defensores tan influyentes que han logrado permear a mucha gente sana, convenciéndolas de sus bonanzas o neutralizándolas.

Dígase lo que se diga, esa es la principal causa para tener  un gobierno que  luce exhausto a tan poco tiempo  de iniciado. Porque todo se convierte en algo similar a lo que quiso ser y no pudo. A lo que pudiera hacer y no puede, porque de cualquier forma que se analice, al final  termina enredado  en los hilos que tuvo que tejer para lograr sus objetivos.

No importan las intenciones  del Presidente, llámese como se llame; sus actuaciones estarán enmarcadas dentro de una realidad, que cual arena movediza solo les permite realizar movimientos lentos y casi siempre terminan atrapados por unos entornos cuyas preocupaciones no necesariamente son los problemas nacionales y peor aún, matizados por los conflictos de intereses.

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