Su mayor reto como directora ejecutiva en la Asociación Dominicana Productores de Cemento Portland (Adocem) ha sido ganarse la confianza y el respecto en un sector mayormente liderado por hombres. Sin embargo, Julissa Báez ha demostrado que con arduo trabajo, capacitación y esfuerzo las mujeres pueden ocupar cargos importantes en diversos sectores productivos del país.
Confiesa que siempre estuvo muy atenta a los objetivos que perseguía como profesional, primero gracias a Dios, y a través de su esfuerzo con largas horas de trabajo. Esto, aunado al deseo ferviente de crecer y poder destacar, la llevaron a esperar que en algún momento de su vida pudiera ser reconocida y ocupar una posición de mucha responsabilidad como en esta que está ahora, que implica representar los intereses de una industria tan importante como la del cemento.
Hace diez años que esos esfuerzos rindieron fruto y hoy en día Julissa es una de las pocas mujeres que dirigen este sector industrial.
«Otro de los retos en esta posición ha sido llegar a conocer cómo se maneja este sector, así como empaparme a fondo del proceso productivo del cemento, de los temas ambientales, sociales y conocerlo desde una óptica general para luego ir a lo particular”, indica Báez.
Sobre la industria del cemento manifiesta que es muy dinámica, que va progresando día a día en términos de tecnologías, de protección al medio ambiente y en su importancia económica. Hace hincapié en que debe mantenerse al día en todo, tanto a nivel local como internacional.
“Cuando inicié en Adocem no tenía muchas expectativas de durar tanto tiempo en este trabajo. Sin embargo, la industria es muy interesante en términos profesionales; es un reto, te motiva te incentiva, nada es ordinario, todo es nuevo cada día”.
Considera uno de sus mayores logros posicionar la empresa, darla a conocer, pudiendo estar representados en todos los sectores de interés nacional, y poder respaldar a las empresas asociadas en términos de responsabilidad social y desempeño ambiental.
Orígenes
Julissa nació en San José de Ocoa, es la menor de cuatro hermanos. A los seis años se mudó junto a su familia a Santo Domingo, para iniciar su etapa escolar. Sus padres, Rafael Báez y Onfalia Santana de Báez, han sido su mayor inspiración y guía en su desarrollo profesional y personal, enseñándole a pensar en grande, con honestidad e integridad en todo lo que hace.
“Vengo de una familia de padres trabajadores y humildes, que me enseñaron que con esfuerzo y visión clara, tú puedes lograr tus metas. Por eso siempre estuve muy enfocada en lo que quería y a hacer las cosas bien, y con empeño los resultados se ven”, dice.
Julissa es egresada de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra en la carrera de Administración Hotelera, con un postgrado en Relaciones Públicas y Comunicaciones de la Universidad Católica Santo Domingo y un Master in Business Administration (MBA) de la Universite du Quebec Montreal, entre otras capacitaciones y entrenamientos relacionados con su área de desempeño profesional.
Tiempo libre
A pesar de tener su tiempo muy ocupado, encuentra espacio para relajarse haciendo lo que le gusta y “lo que más me gusta es visitar la playa, que es mi lugar favorito, me gusta pasar tiempo cerca del mar, allí me desconecto de la rutina y eso tiene un efecto relajante en mí. Me encanta leer y sobre todo tener ese momento del día en que reflexiono y me conecto con mi parte espiritual, con la oración y la palabra de Dios”, expresa Báez.
Desde 2015 practicaba muy a menudo el ciclismo, pero este año lo ha reducido un poco por la pandemia. Los fines de semana viajaba al interior con su esposo y otros ciclistas, en bicicleta, eso mejoró su estilo de vida.
“El efecto de esta práctica en la vida de las personas es interesante, puesto que es un deporte que haces al aire libre, tienes contacto con la naturaleza, se crea una hermandad entre los ciclistas que se convierten en buenos amigos y además te retan a dar más, a crecer y a lograr metas. Eso mejora no solo tu físico, sino también tu espíritu”, dice la joven ejecutiva.
Familia
Su familia está compuesta por 4 hijos: Camila, fruto de su primer matrimonio, Ginna, Laura y Luis Andrés, que llegan a su vida a través de su segundo matrimonio con Luis Taveras, con quien tiene 12 años de casada.
“Soy muy afortunada de tenerlos en mi vida, jamás pensé tener cuatro hijos; sin embargo, cada uno es especial de una manera diferente. Somos muy unidos, sinceros y abiertos”, comenta.
Cuenta que conoció a su actual esposo mientras este la entrevistaba para una posición que había en Shell Company, donde duraron un tiempo trabajando juntos. Mucho tiempo después, surgió el amor y decidieron tener una relación sentimental.
El trabajo como ejecutiva principal de una asociación es muy demandante, pero Báez expresa que divide su vida laboral de la familiar de una manera enriquecedora. Cuenta con el apoyo de toda su familia y sobre todo de su esposo.
“En esta etapa de mi vida durante todos estos años de trabajo, aprendí a tener un equilibrio y darle la importancia a cada cosa, no hay que sacrificar en extremo a tu familia, que al final es lo más importante en tu vida. Hay que manejar el tiempo, aprender a delegar y a priorizar. Con esos puntos tú logras tener un equilibrio entre lo que requiere tu trabajo y el tiempo que le dedicas a tu hogar”.
Impacto de la covid en el sector cemento
“La pandemia nos ha impactado a todos. En el sector productor de cemento también trajo consecuencias por la incertidumbre que se vive y el impacto económico ante la paralización de las actividades productivas del país. Sin embargo, desde que comenzó la pandemia hemos logrado estar al día con todo lo que tiene que ver con los protocolos de salud y seguridad, y este sector fue uno de los que se abrió a la economía producto del impacto económico que tenemos como industria”.
Relata que la pandemia ha afectado en términos de fuerza laboral. “Nos ha acostumbramos al teletrabajo… Nos ha ido cambiando nuestra manera de trabajar. Y estamos en el proceso de aprendizaje y adaptación”, detalla la ejecutiva.
Satisfacciones
“Lo que más me llena de satisfacción es recostar mi cabeza por las noches y dormir en paz; ver a mis hijos desarrollarse como personas de bien, tener una familia estable y unida, y a nivel profesional me enorgullece que a través de mi trabajo puedo aportar a mi país y a la sociedad, además ver a mis padres orgullosos de mí y me lo dicen muchas veces”, indica Báez con una sonrisa.
De tener una varita mágica en sus manos, Julissa tiene claro lo que haría en favor de la sociedad: “Yo cambiaría del mundo la falta de fe y esperanza. Se vive muy rápido enfocado en tener más en lo material, vivimos llenos de miedo y angustia, y todo eso es por la falta de esperanza en que siempre puede haber tiempos mejores, en que hay un Dios que realmente vela por nosotros. Además cambiaría las desigualdades”, concluye Julissa.
Comida favorita:
Las pastas en todas sus versiones y el sushi.
Hobbie:
Hacer ejercicios, ir a la playa y leer.
Deporte favorito:
El ciclismo
Su animal preferido:
El perro, tiene un perrito en su casa.
Color:
El amarillo
Postre favorito:
Flan de leche, el helado y bizcocho de chocolate.