Con Franklin sale a flote la urgencia de crear más embalses

Con Franklin sale a flote la urgencia de crear más embalses

Puede ir contra la vida y arruinar cultivos y estructuras frágiles, generalmente mal construidas, cuando llega torrencialmente por causas naturales; pero el agua es doblegable ciento por ciento con ingenierías que la dirijan ordenadamente a constituir reservas para consumos domésticos, irrigación agrícola y abundante generación de electricidad amigable al ambiente y de respaldo al objetivo de reducir el uso de divisas para la perjudicial importación de hidrocarburos.

Más del 60% de esa que cae daña hábitats antes de perderse en el mar circundante de la isla por limitaciones de las infraestructuras que servirían para represarla; además de que por insuficiente protección a la capa vegetal de los territorios que aportan agua a los embalses, la sedimentación reduce la vida útil de los depósitos naturales y artificiales del líquido en el país.

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El Estado dominicano debe ponerse al día en la preservación eficiente y ampliación del circuito de obras hidráulicas levantadas para lograr que, efectivamente, el agua que llega en raudo exceso pague una buena parte de sus daños; y no como una vez más ocurre que la sociedad celebra, por los perjuicios que arrojó, que la tormenta Franklin se aleje causando el pasivo adicional de que una buena parte del caudal que trajo no queda acá para extraerle los máximos beneficios en consumos esenciales y fines productivos.

Muros imprescindibles además para expandir la producción de alimentos, siendo que la inversión pública en el campo no es suficiente.