Con gente valiosa y poca ayuda oficial, distrito de Boyá lucha por su  desarrollo

Con gente valiosa y poca ayuda oficial, distrito de Boyá lucha por su  desarrollo

POR LLENNIS JIMÉNEZ
BOYÁ, Sabana Grande Boyá.-
Tiene 100 años. Está lúcido,  siente su cuerpo sano y es de los pocos mortales que sonríe a tan larga vida. Su tórax, que abrazado se siente muy duro, recubre un corazón fuerte y los pulmones limpios, de  un hombre que ha podido  permanecer en pie más de diez decenios.

Baldomero Manzueta responde con la exactitud  de los anales que registran los hechos más importantes acaecidos en este distrito municipal. Aquí  llegó cuando sólo habían siete casas y durante casi un siglo le ha visto la cara al sol.

Verlo es retroceder a 1907, año de su nacimiento. Este diminuto personaje es venerado por su bondad y laboriosidad. Sin embargo,  el arduo trabajo no le alcanzó para acumular riqueza.

 Manzueta vivió de la agricultura. Sus manos así lo confirman. No toma café ni fuma. Una caída reciente le hizo doler una costilla, la que teme que pueda dejarle lesión.

Lo que realmente consagró a este hombre es la famosa botella que prepara para incrementar la potencia sexual del hombre. Él la  toma tres veces al día para agradar a su segunda mujer, de 64 años. A su fortaleza agrega la leche que tomaba de la vaca, del  segundo ordeño.

Manzueta no recibe procesiones en procura de creación  no patentizada, pero su casa en la calle prolongación Fidel María Zambrano, a la entrada del pueblo, es conocida por muchos visitantes.

Entre la peculiaridad de este  centenario hombre y el lamento por los daños que  la tormenta Noel causó a la agricultura está la población de Boyá, donde la falta de agua y de caminos vecinales constituyen un retroceso. Manuel de Jesús Peña se queja de que el acueducto de Boyá no sirve y que consumen el agua sin tratar del río Arazao. Sufren la  escasez del  agua para el regadío de los cultivos y la mayoría de las familias deben destinar RD$50 para la compra de tanques de agua para las labores domésticas. Según  Peña, la construcción del acueducto quedó en el  olvido en la primera administración de este gobierno. En cuanto a los caminos, agricultores y obreros pasan una odisea para penetrar a los campos ubicados en las zonas de Mana y Rómulo.  La gente de Boyá no cuenta con ayuda de gobernadores, ni de síndicos.

FE Y EDUCACIÓN

 Boyá cuenta con una  iglesia colonial que alberga  uno de los archivos eclesiásticos  más completos de la historia de los siglos XVII y XVIII.

 Los documentos guardados en esta iglesia han sido consultados por  eruditos procedentes de Europa y de diversas partes de  América Latina.

Su arquitectura es hermosa, pero requiere de mantenimiento.

Los devotos aseguran que gracias a la oración y al profundo amor que Dios tiene para la gente de Boyá, la tormenta Noel no ocasionó más estragos.

 Se perdieron animales y cosechas de diversos productos, pero las aguas no provocaron la muerte de personas.

Por falta de sacerdote, en la iglesia pocas veces se celebran misas.  Pero todos los dóas, a  las 6:00 de la mañana, se juntan los fieles para la  oración y la comunión.

 Las misioneras, con vestimentas de monjas, se encargan de las asambleas. Los sacramentos y la consagración están reservadas para el sacerdote.

 La educación también preocupa a la gente de Boyá. Los centros de enseñanza no dan abasto para la cantidad de alumnos que llegan a los planteles.

 Es por esto que un pastor evangélico emprendió un proyecto de formación de alumnos de primaria.

 Paula Moreno explicó que el pastor Ramón Eduardo desarrolla la escuela que recibe ayuda de Compation, una entidad extranjera.

  Su afán es porque no dan los recursos para los 400 jóvenes que llegan a la escuela que está frente a la escuela pública de Boyá.

 Dijo que no han conseguido los recursos para derribar la casa de madera y levantarla de bloques.

 Insiste en que no les vendría mal un aporte generoso del gobierno, con lo que conseguirían arrancar la obra.

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