Con gestos y palabras Francisco quiere romper los muros del Vaticano

Con gestos y palabras Francisco quiere romper los muros del Vaticano

CIUDAD DEL VATICANO, AFP. El papa argentino Francisco con una serie de gestos simbólicos y palabras parece haber cambiado en quince días el Vaticano, y este miércoles instó a la Iglesia a «salir de sí misma», un principio que constituye «la hoja de ruta» de su pontificado.  

Los cristianos tenemos que «salir de nosotros mismos», clamó el papa Francisco durante la primera audiencia general de su pontificado, pronunciada desde la plaza de San Pedro.  

En Semana Santa «tenemos que abrir nuestras parroquias», dijo: «¡Qué pena tantas parroquias cerradas!», lamentó.  

«La Iglesia debe salir de sí misma hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de ‘la dulce y confortadora alegría de evangelizar'», adelantó hace menos de un mes el entonces cardenal argentino Jorge Bergoglio, hoy Papa, a los purpurados que estaban por elegirlo pontífice.  

La divulgación este miércoles en Cuba de la intervención que el entonces cardenal Bergoglio pronunció durante las llamadas congregaciones o asambleas previas al cónclave para la elección del nuevo pontífice, confirman su visión sobre la ruta que debe tomar la Iglesia del tercer milenio.  

«Evangelizar supone en la Iglesia la parresia de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria», dijo en su intervención.  

El actual papa sostiene que «cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma» y «pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir».  

Según fuentes religiosas, la intervención fue entregada por el mismo Bergoglio al cardenal cubano Jaime Ortega, quien se la pidió el mismo día en que la pronunció por considerarla «magistral», además de «cierta y esclarecedora».  

El cardenal cubano leyó el texto durante la misa que ofició el domingo en la catedral de La Habana, una «primicia casi absoluta», la definió. 

El purpurado contó que solicitó el texto al cardenal Bergoglio, pero que el futuro papa no lo tenía por escrito, por lo que lo reconstruyó y se lo entregó «con delicadeza extrema», de su puño y letra, como lo recordaba, autorizándolo a la difusión.  

Las palabras del Papa argentino son consideradas por algunos observadores y expertos en asuntos religiosos como el programa de su pontificado, tras la fase de escándalos y críticas que sacudieron los ocho años de papado de su antecesor, Benedicto XVI.  

La divulgación del pensamiento sobre la Iglesia del nuevo Papa coincide con la revelación de las primeras palabras que pronunció el pontífice argentino en el momento en el que aceptó el pontificado, una declaración que hasta ahora permanecía en total secreto.  

«Soy un gran pecador. Confiando en la misericordia y en la paciencia de Dios, en el sufrimiento, acepto», fue la declaración del cardenal argentino Bergoglio, tras ser elegido el pasado 13 de marzo en la solemnidad de la Capilla Sixtina como el Papa número 266 de la historia.  

Las primeras palabras del primer pontífice latinoamericano y primer jesuita fueron reveladas para un documental de la televisión vaticana por el cardenal italiano Angelo Comastri, quien participó en el cónclave y también con permiso previo del Papa.   «Toma las decisiones personalmente, según su propia convicción.

No se deja capturar de la Curia Romana y habla como un párroco, con palabras concretas, poco intelectuales, para estimular la evangelización», comentó a la AFP Bruno Bartoloni, autor de varios libros, quien ha seguido seis pontífices. 

El deseo de transparencia, la autorización de divulgar su pensamiento antes y después de su elección, forma parte de un nuevo estilo, que se suma al rechazo a los mocasines rojo papal y a pasar a vivir «por el momento» al lujoso apartamento papal dentro del palacio apostólico del Vaticano.  

«Hay que regresar a los tiempos puros del cristianismo», exhortan grupos de religiosos en sus blogs. 

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