En medio de un gran pesar fueron sepultados ayer en el cementerio Cristo Redentor, después de ofrecerle los honores correspondientes a su investidura, los restos del general Juan Ramón de la Cruz Martínez, fallecido en un accidente de tránsito.

Lo que pensaba el general. “Es posible que nadie recuerde mi trabajo….No importa, haré mi trabajo, Dr. De la Cruz Martínez, general, P.N.”, escribió hace un mes en un letrero el general De la Cruz Martínez, según contó con voz entrecortada su hijo Ramón de la Cruz, primer teniente de la Fuerza Aérea, quien expresó su deseo de que a su padre se le recuerde así.

Por ello, el letrero fue colocado al lado de sus restos y de la guardia de honor en la funeraria Blandino. Mientras su hijo mayor, el teniente coronel Juan Ramsés de la Cruz, reiteró la calidad de trabajo de su padre. “Era un hombre que las palabras las llevaba a los hechos” y concluyó, de manera firme, que a sus hijos “nos toca emular su trabajo, engrandecerlo y honrarlo”.