Con honores militares sepultan restos Antonio Imbert Barrera

Con honores militares sepultan restos Antonio Imbert Barrera

Con gran pesar, familiares, funcionarios, militares y amigos sepultaron ayer en el cementerio Puerta del Cielo los restos del general Antonio Imbert Barrera, quien hasta el lunes, día de su fallecimiento, fue el último hombre en pie de los siete dominicanos que la noche del 30 de mayo de 1961 ajusticiaron al dictador Rafael Leónidas Trujillo.

“Misión cumplida mi general”, vociferó un militar, al tiempo que el ataúd del Héroe Nacional a quien se le atribuye haber restablecido las libertades del país, descendía al nicho que desde ayer lo acogió para siempre. A esta acción se sumó el estruendo de las salvas de los honores militares como exjefe de Estado. El cielo nublado se estremeció.

Giralda Busto de Imbert, esposa del exsecretario de las Fuerzas Armadas, con una rosa blanca en la mano y rodeada de sus hijos, persiguió cada segundo en que el féretro con el cuerpo sin vida de su esposo descendía. Compungida, pero serena, gesticuló un último adiós.

En la Catedral. Luego de haber pasado la noche en la Funeraria Blandino de la Abraham Lincoln, el cuerpo de Antonio Imbert Barrera regresó a la Catedral Primada de América, de la Ciudad Colonial, donde se ofreció una misa de cuerpo presente.
En la parroquia, funcionarios, dirigentes políticos, empresarios y allegados a la familia, manifestaron sus condolencias a la viuda y sus cinco hijos.

El presidente Danilo Medina, el expresidente Hipolito Mejía y el presidente del Tribunal Constitucional, Milton Rey Guevara, expresaron a primera hora su pesar. Luego se dieron cita el consultor jurídico del Poder Ejecutivo, César Pina Toribio; el ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul; el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, y el ministro de Defesa, mayor general, Máximo Willam Muñoz Delgado, entre otras personalidades.

José Ramón Fadul, quien formó parte de la comisión que designó el presidente Danilo Medina para rendir los honores correspondientes, definió a Imbert Barrera como una figura de primer orden en el país.

“Es un héroe nacional, fue una persona que jugó un papel determinante en la historia de la República Dominicana, que participó en el escenario de la muerte de Rafael Leónidas Trujillo, además de la Revolución de Abril y los hechos que se han producido en el país, por lo que es una figura de primer orden para nosotros”, expresó.

En tanto que el Sarcófago, cubierto con la bandera nacional y encima el quepis que vistió el lunes para conmemorar los 55 años del ajusticiamiento del tirano, recibía los honores militares correspondientes a su investiduras, por parte de miembros del Ejército de la República Dominicana y de la Armada de la República Dominicana.
La misa. A las 11: 00 inició la misa de cuerpo presente oficiada por monseñor Víctor Masalles, quien manifestó que Imbert Barrera fue una persona que prestó un servicio importante a la nación en el siglo 20.

“Un grupo de héroes decidieron ajusticiar al dictador, siendo esto una obra meritoria, sobre todo por todo el riesgo que uno sabe que conlleva cuando uno entra en una situación. Antonio fue el último en vivir, de los que participaron en el ajusticiamiento, y es una alegría ahora poder reconocer a todos los que se preocuparon por lograr la libertad”, consideró.

A seguidas de las palabras de Masalles, la señora Giralda Busto de Imbert agradeció a quienes le acompañaron en ese momento de dolor. Dijo que despedían a un gran hombre, hijo, esposo, padre, pero sobre todo, un amante de la libertad y de su patria.

“Hoy, el cielo se viste de festa, hay gozo, porque sus compañeros de lucha le esperaban para hacer una constelación de estrellas y brillar juntos sobre la República Dominicana”, leyó la viuda de Imbert. Luego prosiguieron las palabras de Frank Rainieri, quien destacó los momentos de las historias del país en que participó el fallecido.

“No fue solo el 30 de mayo la única demostración solidaria de Antonio Imber. Usted cumplió cabalmente con el papel que le tenía reservado la historia en decurso de nuestras grandes epopeyas”, dijo.

Recorrido. Al finalizar la misa, a las 12: 05 del mediodía, el féretro del extinto héroe nacional fue recibido, a la salida de la Catedral, por un cortejo militar, que con el sonido de trompetas inició nueva vez los honores militares. Posteriormente el cadáver partió hacia su última morada, el cementerio Puerta del Cielo.

Antes, el cuerpo de Imbert Barrera fue expuesto por unos dos minutos en el Monumento a los Héroes del 30 de Mayo, en la autopista del mismo nombre, y luego prosiguió hasta el camposanto. A las 2:30 de la tarde, después del penegírico y las palabras de víctor Gómez Bergés, el ataúd de Antonio Imbert Barrera comenzó a descender hacia su tumba.

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