Los muebles y utensilios de mimbre son más habituales en épocas veraniegas o en países tropicales, por su naturalidad y apariencia colonial. Su utilización es tan simple como difícil es encontrar la materia prima.
Las zonas de producción de este material se han visto devastadas por el calentamiento global y su elaboración ha disminuido increíblemente, a pesar de la constante demanda en los rubros de decoración.
El mimbre viene en largas varillas que se someten a un proceso de curación:
Se corta la materia prima, se coloca en recipientes con agua para ablandarlo, se pela y se extrae la cáscara. Según esto último, se determina la calidad del material. Se trenza en diferentes formas (en cruz o en espiral). Las tiras más gruesas se destinan a la fabricación de muebles.
Según el tipo de tratamiento que se le realice, los colores son: blanco, marrón o beige, aunque se pueden teñir de cualquier otro color (azul, verde o rojo), según la necesidad o gusto del fabricante.
Los muebles
Entre los muebles de mimbre para decoración de interiores están la mesa y sillas en un comedor, poltronas y sillones, elaborados con diferentes trenzados y tonos que pueden quedar bien en terrazas, patios, y lugares semicubiertos.
Se usan mucho los armarios que dan apariencia de frescura y no ocupan demasiado espacio (se recomiendan en ambientes claros). Los más clásicos en mimbre, son los baúles que aportan ese aspecto colonial y emotivo tan particular. Muchos los utilizan para guardar sus recuerdos, libros, ropa usada.
Otros muebles de mimbre son las cabeceras de camas, biombos (vienen con estampados muy decorativos), lámparas mixtas (con cerámica), las posibilidades son infinitas. Con un poco de imaginación (en caso de fabricarlos en casa) o de paciencia (si recorre locales comerciales en su búsqueda), podrá encontrar ese objeto de mimbre que le dé un toque especial al hogar.