El Ministerio de Medio Ambiente sigue aplicando la resolución que dispuso el cese de las actividades agrícolas en Valle Nuevo, pues al decir de su administrador, Julio César de los Santos, en los primeros doce días desde que se cumplió el plazo para el desmonte de las infraestructuras agrícolas se han retirado cientos de metros de tuberías y varios sistemas de riego. Pero no puede decirse lo mismo del desalojo de los ocupantes ilegales de ese parque nacional, como también ordena esa misma resolución, pues el Bloque de Campesinos de Valle Nuevo se mantiene firme en su posición de no abandonar la zona hasta que se les reubique en otro lugar donde puedan seguir cultivando la tierra. En cuanto a los otros ocupantes ilegales, los propietarios de las grandes villas construidas en la zona, tampoco parece probable que el gobierno los desaloje, sobre todo si es verdad, como señala el ambientalista Luis Carvajal, que la mitad del Comité Político, así como jerarcas militares y policiales y gente de mucho dinero y alcurnia, son sus propietarios. Mientras esa clase de información ande circulando sin ser desmentida por Medio Ambiente, que se resiste, probablemente cumpliendo órdenes superiores, a revelar esos nombres como si se tratara de un secreto de Estado, resultará muy difícil justificar el desalojo de los pequeños productores que reclaman, con razón, que quienes actúan en nombre de la ley para salvaguardar a Valle Nuevo de sus depredadores los trate igual que a los ricos. Y eso lo sabe el doctor Francisco Domínguez Brito, pues no es la primera vez que los poderosos intereses de la “Corporación PLD” se atraviesan en su camino para impedirle cumplir con su deber de funcionario público comprometido con el país y su futuro.