Con la misma piedra

Con la misma piedra

ANTONIO GIL
La crisis en el suministro de la energía eléctrica es una de esas recurrencias de nuestro sistema social que parecen no tener solución de continuidad por la persistencia de las autoridades en repetir errores cuando proponen soluciones. La solución al problema de la energía es simple: ¡Quien la consuma, que la pague! Es inútil que las nuevas autoridades insistan en encarecer el precio del kilovatio servido para facilitar el consumo de quienes, por razones demagógicas, no la pagan. Así -como muestra la historia reciente- nunca alcanzarán la solución que prometen. Esa es demagogia que ya fracasó antes. El círculo ya se cerró.

Hace casi 50 años se comenzó obligando a que el 85% de los consumidores pagara la energía que consumía el 15% de «padres de familia» a los que se les regalaba. Pero, como bien dijo hace unos días el administrador de la nueva CDE -y me prestan las otras »ees» de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales de Electricidad – ahora sólo se cobra uno de cada tres kilovatios que se coloca en las redes. Esto es, sólo un tercio de los consumidores debe pagar el 100% de la energía.

La avalancha comenzó con una viruta. El resultado de haber permitido el consumo sin pagar es un cúmulo de ineptitud que ya hizo inoperable al sistema y mientras se insista en mantener la demagogia política como parámetro principal, esa inoperabilidad se mantendrá.

Es impostergable aumentar los cobros pero a los precios actuales ninguna familia de bajos ingresos puede pagar la energía eléctrica. Para aumentar los cobros lo primero es vender al precio justo. El kilovatio de electricidad en el país cuesta casi cinco veces más que el promedio de la región.

A los precios que se vende ahora nunca podrá una familia pobre o de bajos ingresos pagar la energía, pero también mucha gente de clase media está compelida a evadir los pagos.

Al mantener este sistema, las empresas están perdiendo la capacidad de enfrentar las deudas y por vía de consecuencia apagan los generadores cada vez con más frecuencia.

Resulta insólito que ahora que precisamente baja el precio del petróleo y el dólar está más barato porque «hay confianza» se anuncie que desde enero se aumentará el precio de la energía eléctrica dando por toda razón que lo que se cobra es insuficiente para mantener encendidos los generadores. Lo que en realidad se debe anunciar es una rebaja en dos tercios en el precio de la energía y comenzar a cobrar a todo el que la consuma, pero al precio justo.

El que la consuma y no la pague debe sufrir una condena severa, aunque entiendo que en nuestro medio esta es una petición inútil porque lamentablemente nuestro Estado es infuncional además de que muchos políticos de todos los partidos nunca pagan por los servicios de agua, electricidad y basura.

En cambio, estos políticos si pagan el teléfono. Con esa gente telefónica nadie se equivoca. Lo mismo, cuando estaba la CDA (Compañía Dominicana de Aviación) tampoco los políticos pagaban los pasajes. Ahora a la American o la Continental si le pagan porque de lo contrario seguro que no se montan en un avión. Con esa gente de los aviones tampoco se equivocan.

Entonces, eso de pagar todos lo entienden y, el resto, revela que es una vagabundería no pagar porque todos saben con quién y cuándo se pueden equivocar. Todo esto deja al descubierto una gran complicidad.

Es, para resolver la crisis, impostergable aplicar la ley. Quien se niegue a pagar, como ocurre con todas las demás deudas, debe enfrentar una demanda por falta de pago y, como se trata de servicios públicos, deben aplicarse sanciones extraordinarias e incluir a cada deuda en un sistema de información pública como malapaga para que esto tenga consecuencias.

Como ya dije antes el círculo se cerró. Si aumentan la electricidad a niveles más injustos que los de ahora, lo que seguro ocurrirá es que a finales del año próximo se querrá que el 10% pague el consumo del 90% porque más gente se negará a pagar, porque al fin y al cabo todos somos «padres de familia».

Las medidas que prometen una solución real son fáciles de aplicar, naturalmente siempre que se evite la demagogia.

Es de ilusos estimar que se resolverá el problema aumentando el precio de la electricidad para que sólo un tercio de los que la pagan carguen con el resto.

Tengo un amigo, criador y amante de los animales, que me asegura que aún el mulo nunca tropieza dos veces con una misma piedra, que sólo el humano es capaz de tropezar varias veces con el mismo obstáculo.

¿Es que 50 años consecutivos de cometer el mismo error no ha sido suficiente? ¡Caramba!!!

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