La situación en Valle Nuevo, una semana después de cumplirse el plazo para el desalojo de sus ocupantes ilegales y el cese de las actividades agrícolas, evoluciona hacia un estancamiento preocupante. La decisión del gobierno de no tocar “ni con el pétalo de una flor” a los propietarios de las elegantes villas veraniegas construidas en ese parque nacional, entre los que figuran, según el rumor público, varios funcionarios del gobierno,  le ha dado a los pequeños productores y campesinos que se resisten al desalojo un argumento poderoso para aferrarse con uñas y dientes  a los predios que han cultivado durante décadas. Y lo están aprovechando. El pasado sábado, tras reunirse en “asamblea”, exigieron  que se saque también a los propietarios  de las grandes villas, a los que definieron como los verdaderos depredadores de Valle Nuevo,  lamentando que al gobierno no le interese “tocar esas teclas” por tratarse de gente rica y poderosa. Para complicar aun mas la situación  cuentan con el padrinazgo, la solidaridad y la asesoría de un sacerdote curtido en el luchismo  callejero como lo es el padre Rogelio Cruz, y ya han elaborado un “Plan de Lucha” que arranca el próximo día nueve con una vigilia de mujeres que, junto a sus hijos, se reunirán en el parque central de Constanza a reclamar que se les reubique donde puedan seguir cultivando la tierra. Mientras que para el día 16, según informó el presidente del Bloque de Campesinos de Constanza, Norberto Rosario, harán una actividad de masas con los agricultores, y el 23 una marcha de los camioneros que comercializan sus productos por las calles de Constanza. ¿Que vendrá después? Solo pueden ser mas obstáculos y complicaciones para cumplir la resolución 14-2416 con la que el Ministerio de Medio Ambiente pretende salvar a Valle Nuevo de sus depredadores, situación que solo puede empeorar mientras  insista en no medirlos a todos con la misma vara.