Con las cuentas en rojo

Con las cuentas en rojo

El Foro Social Alternativo (FSA)  tiene en su haber un balance en rojo que deberá analizar a conciencia, resultante de su más reciente “jornada de lucha”.

Por causa de la misma aventura, el país tiene también saldos económicos y sociales negativos, que también requieren de revisión y ponderación.

A los perdedores sumemos los hombres y mujeres que se ganan el sustento en la economía informal, en un día a día al cual las pausas le colocan las cuentas en débito.

Lo primero es que la convocatoria del FSA tuvo una tasa de rechazo muy alta entre comerciantes, sector empresarial, transportistas y organizaciones de la sociedad civil.

Como agravante está el hecho de que su acatamiento tiene un alto componente de temores entendibles,  que inducen a mucha  gente a quedarse en casa, no enviar los hijos a las escuelas y aplazar actividades, a cerrar pequeños negocios, lo cual no puede juzgarse como adhesión por convicción.

Y la no satisfacción de las demandas del foro se inscribe como un severo revés para este grupo y sus seguidores.

Por otra parte, los trabajadores informales, los chiriperos y ajusteros, el comercio informal y sus actividades afines sufrieron una pérdida considerable de ingresos. En este ámbito la inanición es realmente fatal.

Y para la economía general del país los balances de pérdida por cada día de “jornada de lucha” son realmente desastrosos, desequilibran el aparato fiscal y, como es natural, aumentan los gastos para preservar la seguridad pública.

II

Vistos estos resultados, es indudable que tanto el foro como el Gobierno tienen lecciones que asimilar.

Del lado del foro es necesario que considere seriamente una sustitución del método de lucha que ha venido ejercitando. Su huelga de julio, que fue más consistente que la de este martes, no le arrancó al Gobierno  ninguna reivindicación y la última, endeble como ha sido, logrará mucho menos.

Estos resultados pueden llegar a ser vistos con ojeriza por la gente de bajos ingresos que perdió tiempo y dinero por una causa sin éxito.

El Foro Social Alternativo debería valorar el hecho de que el recurso de la huelga ha sido relajado en este país y ha perdido mérito para la conquista de reivindicaciones sociales y económicas porque se ha abusado del mismo.

El Gobierno, por su lado, debería tratar de acercarse más a las necesidades de los sectores de menos ingresos y agilizar iniciativas para satisfacer sus demandas más justas, sin que esto signifique, en modo alguno, acceder a  presiones que pretendan sustituir la concertación y el diálogo.

  Mientras más cerca se mantienen las políticas oficiales de las necesidades medulares de la gente “de abajo”, menos posibilidades habrá de que grupos que se autodefinen populares y organizaciones políticas puedan manipular los sentimientos de la gente, sobre todo con métodos como la huelga, que dejan tantas pérdidas y frustración.

Por ejemplo, el Gobierno no debería retardar una revisión de la Ley de Hidrocarburos que permita precios más justos para  los combustibles. Otros aspectos de política fiscal parece que merecen revisión, sobre todo los que gravan el consumo y que influyen en el poder adquisitivo.

   En fin, estos   balances en rojo deben ser aleccionadores.

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