Con una misa en creole, celebrada en la parroquia Santo Cura de Ars, y un fuerte sermón contra la comunidad internacional, por parte de la Pastoral Haitiana de la Arquidiócesis de Santo Domingo, fueron recordadas las víctimas del terremoto que destruyó varias ciudades de Haití, catástrofe que ayer cumplió un año.
La misa fue propicia para pasar balance a lo que se ha hecho desde aquel trágico día que cambió la vida de todo el pueblo haitiano y para dejar flores por aquellos hombres, mujeres y niños que no pudieron recibir un sepelio decente, porque sus restos fueron enterrados en fosas comunes o permanecen entre los escombros que aún cubren Haití.
La misa fue oficiada por el sacerdote Pétuel Gerad quien en medio de su sermón pidió más ayuda para un pueblo que dijo sigue muriendo en las calles.
Mientras que el director de la Pastoral Haitiana de la Arquidiócesis de Santo Domingo, Eduardo Saint Jean, consideró una vergüenza que a un año de la tragedia lo único que se haya hecho sea la conformación de una comisión y que haitianos sigan perdiendo sus vidas por culpa del cólera.
La verdadera ayuda. Saint Jean enfatizó que la solidaridad dominicana se hizo sentir de forma contundente, rompiendo el mito de los prejuicios y de los estereotipos, en toda la isla, lo que, dijo, es muestra de solidaridad y caridad, no de limosna.
Esta solidaridad no se parece a la de los países mal llamados amigos de Haití, que a un año de la catástrofe su única acción fue la conformación de una Comisión para la Reconstrucción de Haití, que para mí no es ni comisión y mucho menos de reconstrucción, porque a la fecha no han reconstruido absolutamente nada. Peor aún, no han podido impedir la muerte de más de 3,000 personas por falta de un simple suero oral.
Hace un año que el pueblo dominicano se hizo presente, no con limosna, que es de lo que nadie necesita, sino con solidaridad. Nos dieron comida, que tanta falta hace, el pueblo dominicano nos dio agua, que tanta falta hace, agregó.
Estos muertos no serán en vano, estos muertos resucitarán en medio del pueblo haitiano para seguir luchando por una mejor suerte, para formar la verdadera comisión que será integrada por haitianos y haitianas, similar a la que se formó a finales del siglo XVII para librarse del yugo de la esclavitud y proclamar su independencia, concluyó, Saint Jean.
El discurso de Saint Jean fue en español, a diferencia del resto de la misa.
Zoom
Coordinación
Fue notoria la utilización de tambores, acompañando los tradicionales instrumentos que por lo general utiliza la Iglesia Católica dominicana en sus celebraciones.
Fraternidad de hermanos
Durante la misa, el momento del abrazo de la paz, tanto haitianos, que eran la gran mayoría, como dominicanos, se confundieron entre abrazos.