La pertinaz llovizna no impidió que cientos de personas acudieran ayer al cementerio Cristo Redentor a darle el último adiós al cantautor Luis Días, quien falleció el 8 de diciembre pasado luego de sufrir un ataque al miocardio.
Días, uno de los compositores más prolíficos del país, fue despedido en medio de expresiones de dolor y al ritmo de aquellas canciones que le dieron un sitial en la música popular dominicana.
Las paradas. Los actos en honor al fenecido cantautor comenzaron en la funeraria Blandino con una misa de cuerpo presente oficiada por el padre Rogelio Cruz.
Concluida la ceremonia religiosa, el cortejo fúnebre partió hacia la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), centro académico al cual Días ingresó en 1970 para estudiar la carrera de sicología.
El cortejo hizo otras paradas en la Sociedad de Autores y Compositores, en la Secretaría de Cultura y en Casa de Teatro.
Antes de llegar a su última morada, el Terror recibió un sentido tributo de despedida en su casa de Ciudad Nueva.
El sepelio. Juan Aquino Núñez hablando en nombre de la familia de Luis Días, agradeció sobre todo al cantautor José Roldán, por lograr junto a ellos que Luis sea distinguido.
Durante todo el sepelio se pudieron escuchar temas de la autoría de Luis, como su tradicional Baila en la calle y Ya me voy, interpretados por diferentes grupos musicales como Los Guloyas de San Pedro de Macorís.
A pesar de la tristeza que podía haber embargado la despedida de este folclorista, Luis fue sepultado con mucha música y cantos, como siempre vivió.
Algunos de sus colegas como el caso de Manuel Jiménez, Sonia Silvestre y José Roldán, entre otros se comprometieron a dar seguimiento a sus enseñanzas y a no dejar que su legado caiga en el olvido.
Significaste una escuela que hoy se cierra. En tu recuerdo, en tu sabiduría y en tu legado purgaremos para que esta escuela, nunca muera. Aquí estamos bailándote, cantándote, respetándote y queriéndote, señaló Manuel Jiménez.
La frase
Manuel Jiménez
Aquí estamos inclinados, irreverentes, respetuosos frente a ti. En tu recuerdo, tu sabiduría y en tu legado purgaremos para que esta escuela, nunca muera.