Con ojos en los pies

Con ojos en los pies

La llamada biodiversidad es uno de los grandes prodigios de la naturaleza. Hay animales con plumas, animales con púas, con pelajes de todas clases y colores. Existen en el mundo montones de especies: cuadrúpedos, bípedos, sin pies y con cien pies. El colmo es que haya animales podoftalmos, esto es, con los ojos en los pies. También con ojos en las extremidades de unos tentáculos flexibles. Los animales dotados de estos “flecos telescópicos”, pueden sacar un ojo por las grietas de rocas, sin exponer el cuerpo al peligro de agresiones inesperadas. Esa clase de visión equivale al periscopio de un submarino de guerra.

No sé si habrá animales “de óptica retrovisora”, o sea, que puedan mirar desde la espalda, mientras huyen para librarse de algún depredador. Sería maravilloso que pudiéramos “doblar” un ojo en una esquina para atisbar lo que ocurre en la calle vecina. Tal vez en algunos barrios “calientes” serían útiles estas previsiones. Es lo que llaman ojos “pedunculados”. Todo esto viene a cuento porque en la RD “la política se ha puesto que es una calamidad”, como reza el viejo estribillo. Las divisiones de los partidos tradicionales han creado guerrillas tan enconadas, que es preciso andar con pies de plomo para no pisar cacatas, doctrinales o grupales.

Quizás este ambiente, cargado de pugnas partidistas, facilite ciertas formas de evolución biológica en los políticos; por ejemplo, que desarrollen ojos en los pies, para ver el terreno que pisan; o un pellejo más grueso que el de los elefantes. Tener ojos pedunculados sería una enorme ventaja “estratégica” para la supervivencia. Hasta ahora los políticos dominicanos podían tener “ojos cerrados”, “ojos saltones”, “ojos de lince” o, simplemente, lograban “hacerse de la vista gorda”. En realidad los políticos, según dicen algunos, solo ven “lo que les conviene”.

Un antiguo dicho afirma: todo depende del color del cristal con que se mira. La luz se descompone en los siete colores “del espectro”, como enseño en su tratado de óptica sir Isaac Newton. Cada color tiene un ángulo preciso de refracción. Los periodistas, siempre atrevidos, consideran que los políticos usan gafas de diversos colores y, además, cambian el ángulo de refracción cada vez que les da la gana.

 

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