El Partido Revolucionario Moderno, una institución política de incipiente formación que tuvo una sorpresiva participación electoral en los comicios pasados, convirtiéndose en la principal fuerza de la oposición, tiene en su próxima convención una verdadera prueba de fuego.
Como ha afirmado el Lic. Tony Raful Tejada, presidente de la Comisión Organizadora de ese crucial evento, si el PRM logra salir airoso de ese compromiso histórico, podrá en las elecciones del 2020 disputarle el poder al Partido de la Liberación Dominicana, que se ha constituido en una especie de partido único, por sus consecutivas victorias.
La positiva novedad de la convención perremeísta es la presentación de un binomio joven y talentoso que ha concitado el apoyo y la esperanza de grandes sectores políticos dentro y fuera del PRM, pero al mismo tiempo ha despertado una fuerte resistencia en los otroras viejos robles que ven con recelo la formalización de un pacto no declarado entre Hipólito Mejía y Luis Abinader.
Carolina Mejía, hija del ex presidente Hipólito Mejía y ex compañera de boleta del Lic. Luis Abinader, se perfila con fuerza en aras de ganar la secretaría general del PRM, y el senador por Puerto Plata, Lic. José Ignacio Paliza, un brillante joven con mucho futuro político, se proyecta como candidato a la presidencia del partido, en un escenario donde las interrogantes y temores de división están a la vista.
Conviene al sistema democrático dominicano que el PRM salga bien de su convención para que haya un verdadero contrapeso de poder en el país.
El binomio Carolina – Paliza le abre las puertas al necesario relevo generacional que demandan las circunstancias políticas del momento, aunque el Dr. Joaquín Balaguer sentenció en el programa Aeromundo, de Guillermo Gómez, en la década del 80, que los líderes no se fabrican como muñecas.