Importantes bancos internacionales de inversión y participantes en la reunión anual del Banco de Inversión Internacional, Oppenheimer y el FMI, están de acuerdo en que la economía dominicana sigue aireando su fortaleza contra viento y marea, se recupera con rapidez.

No especulan, en septiembre la desaceleración del PIB fue -5.6%, lo que recortó a -8.1% la caída acumulada durante los primeros nueve meses del año, tendencia descendente que demuestra la existencia de una increíble prueba de confianza del consumidor e inversor, tras el colapso de abril de -29.8%, cuando la economía llegó a su punto más bajo.

Significa que poco a poco dejamos atrás la peor crisis de producción que hemos tenido desde la Gran Depresión, cuando acumulado el PIB se contrajo en un -40.8% de 1929 a 1933, con una caída media anual de -8.2%, pérdida total que recuperamos cinco años después. Medido por el ingreso per cápita, tardamos mucho más en alcanzar el bienestar que teníamos en 1928, cuando el per cápita era de 324 pesos.

En cuanto a las expectativas de crecimiento, valorizan de manera positiva la reforma fiscal integral que anunció el presidente Luis Abinader para el segundo semestre de 2021, que deberá mejorar el desempeño de las cuentas fiscales, y las reuniones con líderes empresariales para expandir el comercio y la inversión.

También lo reiterado por el gobernador del Banco Central, hasta que se alcance y estabilice el crecimiento potencial del PIB, con control de la inflación, se mantendrá vigente la actual política monetaria ultra expansiva. Consideran que la excepcional cuantía de pesos disponibles en la banca para préstamos, evitó que se profundizara la caída de la demanda nacional y del PIB, y que fuera mayor la disminución de los ingresos fiscales y el endeudamiento público.

El Bank of América, apoyado en el sustancial efecto arrastre que se observa desde mediados de año, pronostica que la economía crecerá 4.9% en 2021, el margen inferior del crecimiento potencial, mientras que para Héctor Valdez Albizu alta es la probabilidad de que se ubique alrededor de 6.0%, por el ritmo que trae el consumo, la inversión y las exportaciones. Es decir, regresará el crecimiento fuerte que permitirá recuperar la mayor parte o la totalidad del producto que se pierde este año.

Para financiarnos, así opina el Bank of América, no tenemos necesidad de suscribir un programa con el FMI, porque no obstante la crisis económica y financiera mundial que hace ingente la necesidad de financiamiento, el país sobrepasó las expectativas colocando de manera exitosa US$3,800 millones.

Y durante los primeros nueve meses del año se mantuvo el influjo de dólares, acumulado las remesas sumaron US$5,849.8 millones, superando en 10.5% lo registrado en los mismos meses de 2019. Con inversión extranjera directa que alcanzaron US$2,066.4 millones, suficiente para financiar dos veces la brecha de la cuenta corriente de US$1,014.7 millones.

En suma, la manera de pensar de los bancos internacionales y expertos es la del sector inversor, preservamos la reputación ganada de buen lugar para invertir, lo que implica un fuerte empuje para que la economía alcance el umbral grado de inversión de las agencias calificadoras, lo que contribuirá a reducir el costo de endeudarnos en los mercados de capitales.