Con Petrocaribe ganan Chávez y Venezuela

Con Petrocaribe ganan Chávez y Venezuela

POR ARTURO MARTÍNEZ MOYA
El consumidor dominicano ni gana ni pierde con Petrocaribe, internamente seguirá pagando los combustibles al precio internacional y según varíe el tipo de cambio en el mercado de las divisas. Es un asunto entre los Estados Dominicano y Venezolano, y uno de los dos es el ganador, por lo menos en el corto plazo. Debido a que economía, como ciencia o como técnica, no tiene más coherencia que la que resulta del análisis beneficios/costos, a Petrocaribe le podemos sacar filo, es posible demostrar que el Presidente Chávez, además de su conocida astucia política, hizo gala de un genio que era desconocido en el campo de las finanzas, porque con el mismo volúmen de petróleo y derivados, aumenta los ingresos para su Venezuela, al tiempo de vender la imagen de que está regalando algo, de que se le debe agradecimiento.

El interés que tengo en poner las cosas en su justa dimensión es para que mis lectores no caigan, como resultado de una información controlada y distorsionadora, en la falsa creencia de que se trata de la venta de viento, así como lo hizo creer un famoso doctor cuando dijo haber descubierto el medicamento, que controlado su consumo, curaba cualquier cáncer. Apoyándome en el método de Gary Becker, economista que ganó el premio nóbel en 1992, más adelante demuestro que en el corto plazo, y en términos financieros, el gran ganador es Chávez y Venezuela, y que República Dominicana podría obtener beneficios netos en el largo plazo, dependiendo del uso que le dé a los recursos del fondo que se formará, el que contractualmente estará obligado a formar.

El gobierno dominicano ha dado la información de que Venezuela financiará hasta 50,000 barriles diarios de crudos y productos del petróleo, que los dominicanos pagaremos el préstamo en 23 años, que nos darán dos años de gracia, y que el interés anual a cobrar será de uno por ciento. Sin dudas, un préstamo en condiciones muy blanda, que cubre el 40% de lo que al día se compre a Venezuela, porque el 60% restante deberá pagarse en noventas días. Son condiciones que superan la de cualquier préstamo que República Dominicana, y cualquier país de la tierra, sin importar su nivel de desarrollo, pueda conseguir en el Banco Mundial ó en el BID, que se supone son los organismos que financian el desarrollo en condiciones ventajosas.

Lo que el gobierno dominicano no ha dicho es que los recursos del préstamo alimentarán un fondo destinado al financiamiento de actividades en sectores muy específicos, al menos eso es lo que se lee en la declaración de Jamaica, firmada por el Presidente Chávez con los presidentes y primeros ministros de los países del Caribe, exceptuando a Barbados, Trinidad y Tobago, países a los que Venezuela les quita mercado. Es necesario que el gobierno dominicano le diga al pueblo, tan pronto como lo sepa, porque entiendo que los funcionarios responsables tampoco conocen los detalles, cómo es que va a funcionar el acuerdo. Como tomará su tiempo, porque se supone habría que esperar que la Secretaría General con sede en Caracas, comience a funcionar técnicamente, me adelanto y analizo las informaciones que se conocen hasta ahora.

Venezuela saca beneficios tangibles en el mismo corto plazo, se adueña del transporte marítimo de los combustibles y también del seguro marítimo, porque el financiamiento se hará no a precio fob sino a precio cif. Qué significa, en términos de dinero fresco, el flete y el seguro de los combustibles? A un precio promedio de sesenta dólares el barril de productos y crudos importados desde Venezuela, el préstamo podría ser de quinientos millones de dólares y más en doce meses, dependiendo del precio promedio de compra. Como la factura petrolera de los 50,000 barriles diarios podría superar los mil millones de dólares en doce meses, por concepto de flete y seguro marítimo el monto fácilmente podría superar los sesenta millones de dólares, sin considerar que Refindomsa podría decirle al gobierno dominicano que  Venezuela se encargue de transportar el 100% de las necesidades, porque la división carece de sentido económico.

Por otra parte, Venezuela se queda con el mercado de combustibles de República Dominicana, un objetivo que ha perseguido desde hace muchos años, por tratarse de un cliente que en la actualidad compra al día más de ciento cincuenta mil barriles de todos los combustibles, cantidad nada depreciable, que supera el consumo de todos los países centroamericanos juntos. En Petrocaribe posiblemente no se escribirá que el 100% de las compras deberán hacerse a Venezuela, porque ya se ha dicho que el préstamo es sin condiciones, pero es muy probable, diría yo casi seguro, que sutilmente se hará saber que si de por medio hay facilidades de financiamientos, lo menos que se podría esperar, como reciprocidad, es que el 100% de las compras de combustibles se hagan a Venezuela. De frente tendríamos un rompecabeza, los dominicanos responderíamos a dos amos que para mala suerte nuestra no se quieren, el gobierno actual de los Estados Unidos, y el gobierno de Venezuela. Sería un lío y no de ropa como diría el pueblo.

Con el préstamo, Venezuela logra que República Dominicana, así como los demás países del caribe, no tengan necesidad de reducir su consumo de combustibles, y si lo hace, que sea en cantidades pocos importantes. Uno de los objetivos de Petrocaribe es que Venezuela mantenga sus volúmenes exportados, por aquello de que hay que aprovechar los buenos precios, sería para Chávez sería tonto permitir que el aumento de precio de los carburantes se convierta en una limitante de las cantidades exportadas, teniendo Venezuela exceso de reservas en divisas.

En política el Presidente Chávez ha demostrado ser muy efectivo, en los últimos años ha ganado todas las elecciones que se han hecho en Venezuela, se ha manifestado seguidor del socialismo, y ahora en economía petrolera está demostrándo que cree en el funcionamiento del mercado, es decir, en las leyes de la oferta y la demanda, en la competencia, todo lo cual implica ser un seguidor de Walras, en quien se apoyan los neoliberales. Algunos de mis lectores estarán diciendo caramba se trata de una contradicción, y yo le respondo que posiblemente es así, pero el Presidente Chávez diría que no, que aprovecha lo mejor del capitalismo para financiar su socialismo. Quién entiende este mundo.

Volviendo al economista Gary Becker, todo tiene su lado de costos, y  Petrocaribe significa para Venezuela sacrificar puntos porcentuales de intereses ganables si coloca sus recursos en, por ejemplo, bonos que actualmente se transan en el mercado internacional. En lugar de prestarle a República Dominicana quinientos millones de dólares al uno por ciento de interés anual, Venezuela podría comprar bonos que ganan el 9 por ciento de interés anual, con lo que deja de recibir (los economistas decimos elegantemente el costo de oportunidad) cuarenta millones de dólares anuales por intereses. Eso es verdad, pero resulta que Venezuela manejará adicionalmente más de sesenta millones de dólares por flete y seguro, de modo que para ese país hay una ganancia neta en el mismo corto plazo.

Al precio de mercado, Petrocaribe le asegura a República Dominicana el suministro de petróleo y derivados, en efecto uno de los principales beneficios citados por el gobierno dominicano. Un beneficio que no es tan absoluto, porque depende de la existencia de una «prima» que deberá pagarse y que parece el gobierno dominicano no logra entender. Para que el lector se dé cuenta de lo que digo, tomo prestado aspectos analíticos de lo que en economía se conoce como mercado de opciones, de «derivados». Con Venezuela hemos firmado un contrato donde se nos garantiza la cantidad, tenemos la «opción» de comprar y financiar hasta 50,000 barriles al día de petróleo y derivados, a un precio que variará según el mercado, pero con un costo total que podría ser igual, mayor ó menor que el costo total que actualmente tenemos sin Petrocaribe. Dependerá de una variable importante, el costo del nuevo flete y del nuevo seguro.

Si ese nuevo flete y seguro supera el que actualmente se paga, la diferencia es la «prima» a que me refiero, una «prima» que cobraría Venezuela, el costo adicional que los dominicanos tendríamos que pagar para entrar a Petrocaribe. Es decir, si los 50,000 barriles de combustibles liquidan con un costo total cif que supera el costo total cif actual, no hay que complicar más el asunto, hemos encarecido el petróleo que consumimos los dominicanos, y no representaría ningún beneficio el que Petrocaribe nos asegure el suministro.

Si el gobierno dominicano no tiene los datos, recomiendo que rápidamente construyan los escenarios necesarios para que haga el análisis, porque lo de la opción de comprar hasta 50,000 barriles al día, en condiciones de financiamientos, es un juego al que vamos a entrar, y una véz adentro tenemos que decidir si la «concretamos» ó nó, dependiendo de si la sal sale más caro que el chivo como dice el pueblo. Por ejemplo, si la «prima», nuevamente la diferencia entre el nuevo costo total y el costo total actual, es de 10%, y resulta que el flete y el seguro actual están pautados a aumentarse en 20% con motivo de los incrementos de los costos a nivel internacional, en ese caso se puede decir que Petrocaribe permitió que los dominicanos tuvieran una ganancia de 100%, el famoso efecto «palanca». Si es lo contrario, tenemos una pérdida. Mi recomendación al gobierno, una véz hecho el análisis, debe asegurarse de que el nuevo costo de flete y seguro, como mucho, sea igual al actual, y lo ideal es que sea menor.

Otro beneficio citado para República Dominicana, que habrá un fondo para la ejecución de proyectos económicos y sociales. Sería muy bueno que los recursos estuvieran disponibles, por ejemplo, para terminar la autovía del éste, altamente rentable, ó para hacer una verdadera autopista hacia el Cibao y hacerla sobre la actual, que también sería muy rentable. En general, que los recursos se inviertan en proyectos económicos y sociales de alta rentabilidad. De resultar así, no se podría hablar de que el gobierno dominicano, con Petrocaribe, se endeuda para mantener el consumo de combustibles, para gastos corrientes.

Carecería de sentido si, por ejemplo, la Secretaria General de Petrocaribe incide en el uso de los recursos del fondo, porque su impacto en la economía dominicana dependería de los proyectos que Venezuela quiera ejecutar en el país, seguramente los que utilicen bienes y servicios producidos por ellos. Es un aspecto que debe ser aclarado para que luego no pase como con los recursos de Méjico, con motivo del Acuerdo de San José, que están ahí pero que en realidad nunca han estado disponibles para que República Dominicana los utilice, a pesar de los discursos cargados de optimismos diplomáticos de todos los embajadores que ha tenido Méjico en República Dominicana, desde hace más de veinte años, y para que finalmente nada pasa.

La realidad que tenemos de frente es que el gobierno dominicano enfrenta el shock petrolero con masivos endeudamientos, y eso es muy preocupante, porque el enfoque debió ser otro muy distinto. Petrocaribe significa nuevos endeudamientos, y los quinientos millones de dólares en doce meses implican una variación sustancial del tope que el gobierno acordó con el FMI, asunto que necesariamente el gobierno dominicano deberá aclarar en inglés y en español con la misión del organismo internacional. Hay que recordar que el gobierno dominicano había incluído en los topes del crédito los desembolsos del acuerdo de Caracas (aproximadamente US$220 millones), se comprometió a reducir la deuda pública total con relación al PIB corriente, y Petrocaribe tiene el efecto contrario, la aumenta, de modo que el FMI podría plantear que se trata de una violación técnica de lo acordado. Pero, además, el Banco Central acaba de avalar al Banco de Reservas, para que pudiera obtener un aumento de la línea de crédito en bancos del exterior, para financiar la importación de combustibles. Se trata de un endeudamiento de muy corto plazo, que por tener la garantía del Banco Central, también empeora la relación deuda pública total/PIB corriente, otro tema de discusión con el FMI.

Finalmente, quiero referirme a las implicaciones de Petrocaribe en la economía de Shell International Petroleum Company Limited. La empresa firmó con el Presidente Balaguer un convenio en 1969, para la construcción y operación de la refinería, y su objetivo principal era economizar divisas. Quien en realidad construyó la refinería fue la Japan Gasoline Co. Ltd, y lo hizo mediante el sistema de «llave en mano», con equipos japoneses y contratistas venezolanos. Me refiero a la destiladora de crudo, la hidro-tratadora, la plataformadora y la unidad de recuperación de gases, equipos que no han cambiado en más de treinta años. Es de las refinerias más pequeñas del continente americano, originalmente diseñada para trabajar con crudos reconstituídos de Venezuela en una proporción de 40% y el  60% de crudos mejicanos. El aumento de precio de los crudos en el mercado internacional hizo antieconómica la operación de Refidomsa en base a esa mezcla, por lo que Shell, desde el 2003, usa 84% crudos mejicanos de muy baja calidad, con mucho azufre, y de bajo precio en el mercado internacional, y 16% de crudos venezolanos de alto precio relativo. Por supuesto, los productos refinados han sido de muy baja calidad, aúnque los cobra como si fueran de primera, porque los mezcla con importaciones de alta calidad. Shell ha repatriado el 50% de los beneficios anuales de la Refinería, porque las pequeñas inversiones que ha hecho las ha financiado con recursos que, mirándolo bien, son del fisco. Pero esa es otra historia.

Las pérdidas de Shell son varias. Primero, pierde el flete de crudos y productos desde Venezuela. Desde siempre, Shell contrata el mismo barco y la misma compañía para el traslado semanal de los embarques de combustibles hacia República Dominicana. Segundo, como con Venezuela habrá un compromiso de comprar 100,000 barriles diario de crudos y productos, Shell no podrá mantener la mezcla de 84% de crudos mejicanos y 16% de crudos venezolanos, por lo que la Refinería dificilmente seguirá refinando crudos a los precios internacionales de sesenta dólares el barril. Lo anterior quiere decir que Shell perderá beneficios por no poder refinar. Tercero, Shell pierde al no poder comprar en el mercado spot, donde los precios superan y por mucho los de Venezuela. El gobierno nunca ha podido controlar esas compras frecuentes a pesar de ser costosas.

Por lo anterior, no me sorprendería que Shell le haga una pataleta al gobierno, que haga difícil la implementación de Petrocaribe. Es la mejor oportunidad que se le ha presentado al gobierno para aclarar las cosas con Shell, decirle que el convenio que ellos citan con tanta frecuencia hace tiempo que no está en vigencia, y que fue la empresa la que lo incumplió, porque su deber era «refinar en República Dominicana los derivados del petróleo» y se ha dedicado a importar. El incumplimiento de Shell ha sido tal que en más de treinta años sólo ha podido ahorrar al país US$400 millones, cuando ese debió ser el monto promedio bi-anual. Petrocaribe servirá, cuando menos, para que el Estado Dominicano finalmente le diga a Shell que no tiene compromiso con ella, y reoriente la política de los combustibles del país.

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