San Cristóbal. Una ligera llovizna que solo duró tres minutos cerró los actos fúnebres para dar el último adiós al premio Nacional de Literatura 2005, Diógenes Valdez, nacido en esta ciudad el 29 de mayo de 1941.

Su hermana Dignora Duvergé, a nombre de la familia, agradeció el respaldo solidario del pueblo de San Cristóbal, y precisó que su pariente siempre estará presente en sus corazones.

Ponderaciones. Frente al féretro, destacaron sus cualidades morales, intelectuales y éticas los poetas Tony Raful, Mateo Morrison, Manuel Mora Serrano, Ramonita Domínguez, Blanka Kais Barinas, el periodista y abogado Ramón Puello Báez, el escritor Braulio Torres, el historiador Emiliano de la Rosa Garabito, el artista plástico Miguel Mella y Douglas Hasbún.

Isabel Florentino y Ramón Aníbal Mesa, de la Fundación Aníbal Montaño, así como Edwin Castillo, de la Juventud Poética, coincidieron en señalar que Valdez fue un ejemplo de trabajo, digno de emular.

En medio de la solemnidad del acto, José Guillén pidió la palabra para pronunciar un breve poema y al final dijo que San Cristóbal despedía al más conspicuo de sus escritores en los últimos 50 años.

En tanto, Raful expresó que la obra de Diógenes Valdez tiene rigor y trascendencia literaria.

Explicó que todas las obras del fallecido sancristobalense son muy buenas, y entre ellas citó Lucinda Palmares y Retratos de dinosaurios en la época de Trujillo, que le hicieron merecedor de algunos premios, entre estos el Siboney, con la novela Los tiempos revocables. Recordó que en reconocimiento a su labor intelectual y profesional, en su gestión como ministro de Cultura lo designó director de la Biblioteca Nacional, cargo que desempeñó con dignidad y gallardía.