Con pollos para cada momento

Con pollos para cada momento

Un país con suficientes infraestructuras, recursos técnicos, buenas prácticas y experiencia como ocurre em República Dominicana en el renglón avícola, debería disponerse en toda época de un abastecimiento de pollo estable en volúmenes y precios para el mercado interno y excedentes para exportación. La demanda de la carne blanca es elevada históricamente para conveniencia de los granjeros y del ciudadano. Es un alimento de sanas propiedades que por lo regular se obtiene por menos dinero que para otras fuentes de proteína animal. El hecho de que ocasionalmente el suministro se descuadre con escasez y variaciones extremas en su valor da a entender que la planificación falla.
Cesa una sincronía entre volúmenes para la comercialización y la demanda, episodios agravados por una tolerancia perjudicial al ingreso de piezas de pollo importadas como materia prima para derivados cárnicos, sin que se sepa de la vigencia de requisitos en los puertos de entrada para garantizar la calidad y composición de comestibles foráneos en protección a la industria local y al comprador. Avicultores y autoridades pecuarias deben programar por consenso la producción e importaciones contra picos de escasez y sobreabundancia. Aun cuando las barreras arancelarias tienden a desaparecer, siempre es posible controlar lo importable con la aplicación de restricciones a los contenidos. Lo hacen otros.

Por fin, ¿quién  es el héroe?

El verdadero motor del crecimiento económico como hacedor de gran parte de los bienes y servicios que se consumen y exportan es la masa variopinta y omnipresente que como un todo llaman Sector Privado. Responsable, según cálculo de un prominente banquero, de un 90% del Producto Interno Bruto. Si se pone atención a los inconvenientes que regularmente motivan quejas desde importantes ámbitos de la producción nacional, habría que reconocer que el país logra superarse. A pesar de escollos y poca funcionalidad que se atribuyen una y otra vez a mecanismos de Estado de mucha nómina pero no siempre de mucha eficiencia, República Dominicana permanece en alto índice regional. Gran resultado que en buena medida parece provenir de la tenacidad, ingenio y competencia de empresarios grandes, medianos y del montón.

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