¿CON QUÉ CUENTA EL PPH Y SU COMBO?

¿CON QUÉ CUENTA EL PPH Y SU COMBO?

En más de un programa de televisión y en entrevistas para la prensa escrita hemos visto a importantes dirigentes del PPH, la supercorriente perredeísta que orienta el ciudadano Presidente de la República, invocando la crisis económica que sacudió al país en 1990 para afirmar que la crisis de ahora no será un obstáculo insuperable para ganar las elecciones del año venidero.

Se refieren estos distinguidos políticos a la gran crisis económica a que el Presidente Joaquín Balaguer llevó al país como consecuencia de un sobrecalentamiento de la economía durante el período 1986-1990, como resultado de una política expansiva e imprudente en la inversión pública. Entonces Balaguer sometió al país a sus urgencias de tiempo y a sus caprichos personales.

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) describe lo sucedido de la manera siguiente:

“En contraste (con Jorge Blanco, BAV), durante el primer gobierno de Joaquín Balaguer (1986-1990) se establecieron políticas fiscales expansivas apoyadas en un ambicioso plan de inversiones públicas y poco se avanzó en las reformas económicas. Si bien se logró alguna recuperación productiva, el costo fue el sorbrecalentamiento de la economía (presiones inflacionarias ascendentes, expansión del déficit de la balanza de pagos y erosión de las reservas internacionales del Banco Central).”

Todos los dominicanos de 20 años de edad y más recordamos aquellos días tan difíciles de 1990, cuando los alimentos escasearon, cuando había que hacer largas y tediosas filas para comprar algunos galones de gasolina y gas propano, cuando los precios de los productos básicos estaban por las nubes y cuando la escasez de todo era el estado normal. Por supuesto, como las plantas eléctricas no tenían combustible los apagones eran inmensamente largos, aunque entonces no teníamos un régimen tarifario tan abusivo como ahora.

El desempleo sobrepasó el 20%, sin incluir el subempleo, que siempre es mucho mayor. La inflación se multiplicó y llegó casi al 100%, el producto interno bruto fue negativo en un 6%, una caída verdaderamente estrepitosa, y “el país se vio obligado a declarar una moratoria en los pagos de su deuda externa”.

Aun así y de manera increíble para la opinión pública nacional e internacional, el entonces anciano y ciego Presidente de la República Joaquín Balaguer logró reelegirse para seguir gobernando por cuatro años más. Este es el gran aliciente, el gran referente esperanzador del PPH y su combo show para mantener al ciudadano Presidente Hipólito Mejía en la jefatura del Estado durante cuatro años más.

Pero, en realidad, esos comicios no los ganó el doctor Balaguer. Las encuestas de entonces aseguraban que el viejo zorro de Navarrete perdería las elecciones, pero el liderazgo reformista de entonces trabajó para, amparado en los recursos del poder y maniobrando contra una Junta Central Electoral débil, quedarse en el Palacio Nacional. Y lo logró. Una lucha inconsistente contra el fraude, encabezada por el Partido de la Liberación Dominicana, la división de la oposición y el miedo a una confrontación social de envergadura favorecieron a un doctor Balaguer que, como siempre, puso a la nación al borde del caos para entonces presentarse como la solución.

De modo, pues, que las lecciones que pueden derivarse de esa crisis son preocupantes si las queremos tomar como referencias.

Volviendo a nuestros días y al PPH y su combo show, ¿con qué cuenta esta facción perredeísta para quedarse en el poder, para ganar las elecciones del 2004, en caso de que el Presidente Hipólito Mejía sea el candidato presidencial del PRD o de otro partido político?

Aún cuando en ocasiones el Presidente Mejía parece que quiere participar en el juego electoral con algunas de las cartas que utilizaba el doctor Balaguer, hay que decir que el primero no tenía, ni mucho menos, la base social que, como nos recuerda siempre el profesor Euclides Gutiérrez, heredó de Trujillo el caudillo de Navarrete. Tampoco creo que haya muchas fortunas que agradezcan su acumulación de capital al Guapo de Gurabo. La base social de Mejía probablemente se contraiga a la masa de empleados públicos y a los aportes de ascendencia social que puedan hacerle Eligio Jáquez, Hernani Salazar, Guido Gómez, Luis González y Vicente Sánchez.

Es posible el proyecto reeleccionista cuente también con el clientelismo que pueda establecerse con los alimentos baratos que vende Inespre, con las obras públicas que serán inauguradas el año próximo, como los multiuso de la secretaría de Deportes, varios hospitales, entre ellos los de Azua y Los Alcarrizos; con los vehículos de motor para transporte que serán entregados a unos mil choferes de todo el país y con las miles de viviendas que la gente del Invi planea reparar a partir de enero.

Pero no será posible contar, por más que la gente del PPH y su combo show crean lo contrario, con la entrada en vigor de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y con fondos millonarios procedentes del Banco Mundial, del BID y del mismo FMI. Porque el acuerdo será firmado y los fondos llegarán, pero todo de conformidad con un calendario que será discutido por estos organismos, que necesariamente no se ajustará al calendario electoral a que está sometido el proyecto reeleccionista.

Mas todavía: sea como fuere y aunque se recibieran los fondos en los próximos tres meses, no hay tiempo de aquí a las elecciones para una mejoría tan sustancial que permita revertir las dimensiones de la crisis económica y financiera que sacude al país, incluyendo la peliaguda y compleja cuestión eléctrica.

Y, por supuesto, no estamos incluyendo en estas consideraciones el muy complejo drama del Partido Revolucionario Dominicano, porque este es otro cantar. Por cierto, en 1990 el doctor Balaguer no tuvo que enfrentar una división partidaria.

Como se ve, con todo y la locuacidad del liderazgo del PPH y su combo show, su capacidad de maniobras electorales está muy reducida.

Sigo considerando, pues, que como la irracionalidad tiene sus límites, el PPH y su combo show cederán, finalmente, ante la realidad que ellos observan. Porque peor sería, para este grupo, que sea la racionalidad social la que le haga despertar en mayo del próximo año.

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