POR MARÍA MERCEDES
Tan pronto los invitados llegaban a Montecristo Café, sus ojos observaban imágenes de La Habana Vieja. Esa era la idea, que todos pudieran transportarse a la Cuba de los años 50. De esta forma inició la fiesta de verano organizada por Ron Bacardí, en la que sus consumidores tuvieron la oportunidad de viajar a través de la imaginación y de disfrutar alegres rumberas, mientras los mozos les atendían con mucha amabilidad.
Los asistentes a este encuentro festivo muchos de ellos con sombreros y chacabanas disfrutaron de la música en vivo del grupo Habana Son, junto a bellas bailarinas, quienes enseñaron a los presentes unos cuantos pasitos del sabroso y verdadero ritmo cubano, el son.
Así, entre música, bailes, concursos, la mejor compañía del mundialmente famoso trago Bacardí Mojito Cubano, transcurrió esa noche llena de alegría y entusiasmo.
En la culminación de esta actividad cubana, los presentes participaron en la rifa de un boleto aéreo. También se anunció que en este mes se realizará una fiesta en la que rifarán un pasaje con destino a Alaska.