Con sacrificio fiscal se compensa la pérdida poder adquisitivo del salario. La oferta mundial de alimentos en caída libre y los precios subiendo, para el Banco Mundial este año 23%, y podría ser más si la guerra se prolonga, considera que es el mayor choque de precios desde 1970.
Las cifras históricas reportan pérdidas de la economía dominicana durante diez y siete años (1974 y 1991), la inflación promedio dos dígitos, 11.09% entre 1974 y 1978, y 24.67% en el periodo 1979-1991, y en cuanto al PIB, creció 5.1% y 2.9%, respectivamente.
Los responsables de la política económica de hoy, con más conocimiento técnico, haciendo uso de literatura especializada y la experiencia de los setenta, evitan errores de diagnóstico y el uso de medicinas equivocadas, como los que condujeron a la desbocada inflación que hundió el consumo, la inversión, el crecimiento del PIB, el empleo y multiplicó la pobreza en los setenta.
Otra ventaja es la alta credibilidad del gobierno internamente y a nivel mundial, el ejemplo más reciente es la invitación de la Organización Mundial de la Salud al presidente Luis Abinader, para que sea el orador principal de su Asamblea a final de mayo en Ginebra, Suiza, reconociendo su liderazgo mundial contra la pandemia de Covid-19.
Con esos antecedentes no sorprende la correcta estrategia del gobierno en 2021, de compensar al trabajador con subidas del salario nominal, explica porqué, no obstante la elevada inflación de 8.50%, no perdió poder adquisitivo, porque fue superior el aumento del ingreso por hora trabajada (trimestre octubre-diciembre 2021/2020), de 9.8%, según lo reporta la encuesta nacional continua de la fuerza de trabajo del Banco Central.
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Han transcurrido pocos meses de 2022 y nuevamente reviso hacia arriba el salario nominal, que combinado con tasa cero a 67 productos básicos, el subsidio temporal al consumo de gasolinas, gasoil y glp, que acumulado supera los RD$10,000 millones, y la decisión de desligar el precio del petróleo, gas y carbón que alimentan las centrales de generación de electricidad de la factura de la luz que empresas y hogares pagan mensualmente, en conjunto no solo compensan por pérdida de poder adquisitivo, sino que, además, evitan se genere el peligroso círculo vicioso de trabajadores pidiendo aumento del salario nominal y las empresas subiendo los precios.
Se reconoce, los subsidios temporales implican elevado sacrificio fiscal, pero son necesarios, porque, además, de esa manera el gobierno cumple con su responsabilidad de defender el presupuesto de las familias, al tiempo de garantizar el suministro de productos de mucho peso en la canasta de consumo, y envía el claro mensaje, así lo asimila la población, de que el salario es compensado para evitar acumule pérdidas de poder adquisitivo en relación al aumento de los precios.
Como las familias no reducen el consumo y las empresas mantienen su ritmo de inversión, cuando se ponen números a los beneficios del paquete fiscal, se traducen en más crecimiento de la economía, empleos y recaudación de impuestos, evitando que aumente la pobreza.
Finalizo señalando que es mentira la narrativa de que la tasa cero va en contra de la producción nacional, lo real es que, sin la sombrilla del arancel, el productor identificará y corregirá deficiencias estructurales, para aumentar su productividad y competitividad.