Hace pocos días que la arquitecta Ana María Castillo Betancourt, muy consternada, daba la noticia en Facebook de que su programa “Con tus propias manos” salía del aire después de más de 12 años de transmisión diaria. ¿Las causas? La “trillada” reestructuración en la programación de la CERTV.

Como su nombre lo indica, allí no solamente aprendimos a confeccionar todo aquello que se hace con las manos a través de los vastos conocimientos de su productora, sino que también nos enriquecimos con la experiencia en la materia de sus invitados.
Sé que para Ana María el momento es muy difícil, porque ella puso todo un amor para que fuera un programa educativo, artístico, útil, innovador y creativo.

Allí se hizo causa común con el reciclaje, para que los televidentes, especialmente los niños y niñas, fueran ardientes defensores del medio ambiente y aprendieran a aprovechar los desechos en la confección de otras piezas, ornamentales, sobre todo.
Año tras año durante el verano el programa se convirtió en un campamento de manualidades, donde los niños de forma gratis, aprovecharon el tiempo a la vez que aprendían. Al final se hacía un cierre espectacular con entrega de premios a los mejores trabajos, que eran escogidos por un jurando del que yo era parte integrante en mi condición de editora de la revista Tinmarín.

Ese día también los niños y niñas participantes recibían regalos de mochilas y cuadernos además de algunas presentaciones artísticas y una tarde de diversión con juegos inflables, payasos y otros personajes y brindis.

Me consta todo el esfuerzo que hacía Ana María recabando apoyo para que todo tuviera un final brillante y la alegría de los niños que llegaban al canal con sus trabajos para ser evaluados. Según su propia confesión “Con tus propias manos” es el hijo biológico que ella nunca tuvo. Es una verdadera pena que un programa de esa naturaleza salga del aire.