Son mujeres de letras, negocios, arte, educación, ciencias sociales y matemáticas que se han propuesto mantener el espíritu vivo y “el alma sin arrugas” a pesar de los años y el retiro.

Después de pasar las aulas universitarias ejercieron largo tiempo en instituciones públicas y privadas, en empresas propias o familiares pero la edad no ha vencido sus fuerzas físicas ni enmohecido sus mentes. Están lúcidas,  dispuestas a estudiar más y a compartir  lo aprendido.

Tienen tan elevado sentido del humor que las viudas, algunas octogenarias, afirman al declarar su estado civil: “Y se aceptan proposiciones”.

Son más de 30.  Reconocidas en  cátedras o facultades de  universidades, secretarías de Estado, compañías particulares. Algunas, pese a pasar los 70, tienen aún responsabilidades laborales.

Milady Figari de Debeau, que nació el seis de mayo de 1937 en Monte Plata, es egresada de la UASD, ex asesora y técnica de la UNPHU y de la secretaría de Educación y actual maestra de pintura fue, junto a Elsa Viñas viuda González  inspiradora del grupo. Estudiantes de un diplomado la invitaron a hablar en un taller y el entusiasmo de los jóvenes la contagió. “Me sentí eufórica, dije: puedo tener esta experiencia con mis amigas retiradas, con amor todo se puede”.

Comunicó su idea a Elsa y así surgió “Cenia”: “Cristo es nuestra inspiración”. Elsa, mocana nacida el 25 de diciembre de 1934, escogida en 1955 como una de las más bellas de su pueblo, trabajó en el Centro Educativo Los Prados, fue secretaria del Arzobispado, del Comité de Ciudadanos que funcionaba con fondos del Cuerpo de Paz y finalmente tesorera de la PUCMM durante 20 años. Enfrentó y venció un derrame cerebral.

Todas se congregan cada miércoles  para vivir el encuentro más hermoso, inspirador, divertido, vivificante, sano. Porque entre sus objetivos está levantar la autoestima y desterrar miedo y estrés, llenarse de amor por ellas mismas y sus semejantes, mantenerse sanas de cuerpo y espíritu, sentirse relajadas, bellas, “plenamente felices”. “Si estamos solas, podemos deprimirnos, entristecer, sentir rencor, angustia. La soledad abruma”, exclama Milady.

 Para hablar del “Cenia” se reunieron también Violeta Jiménez de Fontana, ex empleada de Bienes Nacionales y administradora de los negocios familiares, nacida en Miches el 11 de septiembre de 1929. Es un milagro de dulzura a pesar de haber perdido dos hijos  y el esposo, y sufrir la gravedad de una delicada cirugía. Se sabe todos los poemas de José Ángel Buesa que recita con gracia inigualable.

María Checo Montás de Robles ejerció 42 años el magisterio en escuelas de Bonao y Santo Domingo y laboró en la Universidad Católica Santo Domingo. Ahora mantiene en la casa su “Estética Facial María”, da clases a niños y está aprendiendo a pintar. Nació en Santo Domingo el 27 de abril de 1938.

 Carmen Chico viuda Valerio es licenciada en educación, mención Letras, e hizo secretariado en el Instituto Nacional Mercantil donde impartió docencia al igual que en la UASD y en liceos secundarios. Fue técnica en la secretaría de Educación y directora general de Educación Primaria. Hoy estudia inglés, borda, cose.

Integrantes.  Las demás son Gladys Valenzuela, Marina Amoros, Tamara Guerrero viuda Hirujo, Ana Viñas, Enilda Ariza, Belkis Gil Brioso, Luisa Matos, Nelly de Jiménez, Mercedes Luisa Pichardo, Digna de Peralta, Consuelo Castañeda, Renee Meyrink, Evangelina de Bergés, Gilma Rojas, Josefina Knipping, Dora Ferreira, Alicia Guerra, Zunilda Gómez de Marchena.

Además Margarita Viñas, María Elena Lara de Antuña, Margarita Rodríguez de Toral, Yolanda Reyes de Cuevas, María Mireya Rodríguez de Santos, Elsa Mustonen, Xiomara Montás de Ares, Estela Chevarria de Noboa, Ana Célida Valenzuela, Carmen Labour.

Espiritualidad.  “La espiritualidad es nuestro hilo conductor, si nos zafamos encontraríamos el abismo”, expresan.

Aceptan personas de cualquier religión pero su ritual semanal es, ante todo, visitar el Sagrario, invocar el Espíritu Santo y dar gracias a Dios  por permitirles estar unidas. “Espiritualidad, manifiestan, no es sólo rezar el Padre Nuestro”,  es perdonar, perdonarse, buscar la paz, ayudar, tener fe… Cada miércoles reciben  un disertante, cantan, declaman y componen su “Periódico hablado” que contiene editorial, secciones de economía, belleza, cultura, situaciones familiares y nacionales “pero obviando chismes y noticias negativas”.  Las señoras, que fundaron el “Cenia” en 2006 con la bendición del padre Lucas Lafleur, tienen también talleres de belleza y relajación, visitas a hospitales, escuelas, playas, campos. Celebran cafés poéticos, mañanas literarias, intercambian libros y recetas de cocina, van a plazas y museos, practican jardinería, ejercicios físicos y “gimnasia cerebral”, entre otras actividades.

Las que tienen autos transportan a las de a pie, las más locuaces animan a las  tímidas. Se comunican a diario, cuidan de que “el área afectiva esté positiva”, preparan canastas y otros obsequios para los pobres y son respetuosas del libre albedrío. “La libertad es elemental, por eso no hemos escogido directiva”.

Hay reglamentos para las aspirantes y compromisos al iniciarse: “Orar las unas por las otras”, escoger ser madrina secreta de alguna sin que se entere, “sólo para estar pendiente”.

Invencibles frente a las adversidades, sanas y vigorosas porque no se amilanaron con la enfermedad, se han planteado un reto: “Hacer de estos años los más bellos y felices”.

Una cita de la Madre Teresa de Calcuta las impulsa: “Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón… Pero nunca, nunca te detengas”.