Un pleito entre regidores por la asignación de 117 solares estuvo a poco de terminar en una balacera y puso término a la sesión que era celebrada ayer en la mañana en la sede del Ayuntamiento del municipio de Guerra.
La rápida intervención de la Policía Municipal y Nacional evitó una desgracia. Algunos de los concejales aspiran a que les sean asignados solares a ellos o a sus familiares cercanos.
Para optar por la asignación de un solar, los beneficiarios tendrían que pagar un inicial de seis mil pesos y luego saldar la suma de 60 mil pesos en cuotas. Los solares tienen 200 metros cuadrados. También se les asignaría solares a instituciones públicas y privadas, entre ellas la Junta Central Electoral, Ce-Mujer; Rehabilitación, Fundación ProDesarrollo, el Cuerpo de bomberos, el Club Cultural Canela y otras entidades púlicas y privadas. El presidente del Concejo de Regidores, Félix Marte, dijo que los ediles reclaman al alcalde Juan Silverio Reyes que a la solicitud de venta de los solares le sea anexada una lista de los beneficiarios de la compra.
Las sesiones del ayuntamiento de San Antonio de Guerra se celebran los jueves, pero el regidor perredeísta Ramoncito Peguero Frías, con el respaldo de otro perredeísta y de un peledeísta que ahora es del Partido de la Unidad Democrática (UDC) se unieron para hacer mayoría y convocar a la sesión que fue boicoteada.
Las discusiones subidas de tono entre los regidores que favorecían la sesión y los que la objetaban hizo que el jefe de la Policía Municipal, Teodoro Sena Familia, penetrara al salón de sesiones y desarmara a los ediles, lo que provocó protestas entre ellos.
En medio de la discusión, los tres ediles que no llegaron a celebrar la sesión intentaron cancelar al secretario de la Sala.
La clave
Discusiones
Las discusiones subidas de tono entre los regidores que favorecían la sesión y los que la objetaban obligó a que el jefe de la Policía Municipal, Teodoro Sena Familia, penetrara al salón de sesiones y desarmara a los ediles, lo que provocó protestas. Minutos después llegaron agentes de la Policía Nacional, lo que hizo bajar los ánimos.