Concentración de riqueza y poder: mayor desigualdad

Concentración de riqueza y poder: mayor desigualdad

OXFAM, ONG internacional bien conocida y muy activa en lo referido a la lucha contra la pobreza y promoción del desarrollo, hace unos meses, como contribución al Foro Económico Mundial de América Latina, publicó el informe “El reinado de las élites. Riqueza y desigualdad en Latinoamérica y Caribe”. Basta echarle una breve ojeada tanto para comprender la situación político -económico de la región como las causas de la misma, y elevar la preocupación de quienes aspiran que en la región prevalezcan sociedades más justas y de bienestar.

Todas las instancias internacionales coinciden en señalar a la región como la más desigual del mundo con muy altos niveles de pobreza, debido tanto a la corrupción y el fracaso de los gobiernos en promover el desarrollo real como a la baja recaudación fiscal y una estructura socio- económica de privilegios. Aunque se reporta reducción de pobreza en varios países, e incluso de desigualdad, el informe alerta que ha continuado la concentración de riqueza y poder, con las élites absorbiendo el poder político y manipulando las reglas del juego económico, erosionando tanto a la democracia como una más justa distribución del ingreso. En un continente con 164 millones de pobres, hay 113 latinoamericanos en la lista de los multimillonarios del mundo. De ellos, 55 entraron en ese privilegiado grupo entre el 2012 y el 2014, de acuerdo con la revista Forbes (65 brasileños, 16 mexicanos, 12 chilenos, 8 peruanos, 5 argentinos, 4 colombianos, y 3 venezolanos); ellos solos acumulan una fortuna de 438 mil millones de dólares. Según cálculos, el ingreso anual de esos 113 ciudadanos equivale a los presupuestos conjuntos de El Salvador, Guatemala y Nicaragua.

La concentración de la pobreza es un problema mundial con datos espeluznantes: el 1% de la población más rica del mundo tiene la mitad de la riqueza del mundo. por lo tanto, al 99% le toca el otro 50% pero igualmente mal distribuido. De acuerdo con la CEPAL, en el 2011 el 20% más rico de la población de la región tenía ingresos 17 veces superiores que el 20% más pobre y en las naciones más críticas era de 25 veces. En el 2012 mientras que el 20% más rico poseía el 47% de la riqueza el 20% más pobre recibía sólo un 5%.

OXFAM dice que “cuando las élites económicas secuestran las políticas gubernamentales, las leyes y regulaciones tienden a favorecer a los ricos y/o a los más poderosos, incluso a costa de todos los demás” y destaca que esa concentración de poder «pervierte el proceso y la naturaleza de las decisiones sobre políticas públicas» como en el caso de la política fiscal que sirviendo para corregir la desigualdad es «pervertida» y más bien contribuye a profundizarla. Incluso el BID denuncia que la representación política desigual determina un sistema tributario privilegiado para las élites con mayor presión sobre salarios y consumo que sobre renta y riqueza, con un exceso de exoneraciones y «perversos incentivos fiscales».

 

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