Concesiones despejan la vía para conversaciones Irán/EU

Concesiones despejan la vía para conversaciones Irán/EU

Por Najmeh Bozorgmehrat
en Naciones Unidas

Se espera que el principal funcionario de seguridad nuclear de Irán, Ali Larijani reinicie las conversaciones con Javier Solana, de la Unión Europea para darle más tiempo al proceso antes de buscar una resolución de sanciones en la ONU.

La agencia de noticias estatal iraní, reportando desde Damasco, donde el señor Larijani se reunión con el presidente de siria, Bahasr al-Assad ayer, dijo que el principal negociador iraní continuaría las conversaciones con el señor Solana, el supremo de la política exterior de la UE.

Aunque se esperaba que la reunión tuviera lugar en la ONU, en Nueva York, los informes de Teherán dijeron que se reunirían en Europa.

Los diplomáticos están tratando de diseñar un proceso mediante el cual las negociaciones empezarán e Irán suspenderá su enriquecimiento de uranio. La secuencia sigue estando poco clara, pero las señales de avance, y la presión de Francia, China y Rusia han persuadido a Estados Unidos para que ponga el plan de sanciones en compás de espera.

El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad insistió en el derecho de Irán a desarrollar energía nuclear en un fuertes discurso ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el martes. También reiteró la adherencia de Irán a sus compromisos de salvaguarda internacionales, mientras cuestionaba la legitimidad del Consejo de Seguridad de la ONU y lo que él llamó el abuso de la ONU con los poderes de veto, en particular de EEUU y el Reino Unido.

La posición en el más alto liderazgo de Irán del señor Ahmadineyad es más fuerte en temas internos, mientras que las grandes políticas internacionales, incluyendo las decisiones nucleares se deciden colectivamente por el liderazgo supremo. Fuentes han confirmado que el señor Ahmadineyad, con un enfoque de más enfrentamiento está en minoría dentro del liderazgo. 

Aunque su discurso careció de sugerencias de diálogo y compromiso con Occidente sobre el programa nuclear, fue menos de confrontación de lo que temían algunos observadores occidentales. Antes del discurso, diplomáticos europeos habían advertido que si resultaba demasiado agresivo hubiera puesto en peligro las posibilidades de llegar a un acuerdo sobre la apertura de negociaciones formales.

El señor Ahmadineyad también aprovechó su discurso para exponer de nuevo sus criterios del milenio sobre los asuntos mundiales, al empezar y cerrar su discurso rogando por el regreso del último Imán de los musulmanes chiítas, Mahdi, quien se supone salve al mundo cuando traiga la justicia.

El señor Ahmadineyad adoptó un lenguaje populista sobre los problemas del Oriente Medio, incluyendo Irak, los Territorios Ocupados y el Líbano, pero no repitió sus anteriores comentarios controvertidos sobre “borrar a Israel del mapa” y cuestionar la verdad del Holocausto, que le reportó gran popularidad en el mundo islámico.

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