Conciencia de Latinoamérica

Conciencia de Latinoamérica

Motivada por esos interesantes forward que envían por Internet, en esta ocasión, quiero resaltarles que la diferencia entre los países pobres y  los ricos no es la edad del país, países como India y Egipto tienen más de 2000 años y… son pobres. Canadá, Australia y Nueva Zelanda, que hace 150 años eran inexpresivos, hoy son países desarrollados y ricos.

La diferencia entre países pobres y ricos tampoco reside en los recursos naturales disponibles; Japón posee un territorio 80% montañoso, inadecuado para agricultura y ganado, pero es la segunda economía mundial, Japón es como una inmensa fábrica fluctuante, importando materia prima de todo el mundo y exportando productos manufacturados. Ejecutivos de países ricos al relacionarse con sus pares de países pobres muestran que no hay diferencia intelectual significativa.

La diferencia está en el nivel de conciencia del pueblo, de su espíritu. La Evolución de la conciencia debe constituirse en el objetivo mayor del Estado en todos sus niveles de poder. La educación y la cultura deben plasmar conciencias colectivas, estructuradas en los valores eternos de la sociedad: moralidad, espiritualidad y ética. De manera, que lo que se pretende aquí es transformar la conciencia latinoamericana. El proceso debe tener inicio en las comunidades donde vive y convive el ciudadano.

Al analizar la conducta de las personas de países ricos, vemos que la mayoría adopta el paradigma cuántico: prevalencia del espíritu sobre la materia. Nuestra preocupación debe ser con la sociedad, la causa y no con la clase política, apenas el triste efecto. Sólo así cambiaremos nuestra América Latina: Lo dijo Martín Luther King:

-No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. El ser americano en general, es demasiado complejo; somos un presente histórico que lleva a cuestas una historia de poder. Una conciencia y una filosofía de dominación sobre los pueblos considerados inferiores, no nace en 1492, con el descubrimiento o la conquista, sino más atrás y se prolonga insertada en la perenne conformación entre gobernantes y gobernados, dominantes y dominados: tiranos y siervos.

América Latina nunca fue una ficción, fue siempre un continente con una unidad de origen y de destino, con una cultura común y una situación compartida en materia internacional en tanto sector oprimido por países centrales.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas